Un polémico decreto en un pueblo italiano impide a sus habitantes caer enfermos

En la pequeña localidad de Belcastro, en el sur de Italia, el alcalde Antonio Torchia ha lanzado un inusual decreto que prohíbe a sus habitantes enfermarse. Esta medida, tomada en tono irónico, busca resaltar la crítica situación de la atención médica en la zona, donde el acceso a servicios de salud es comúnmente deficiente.

Belcastro cuenta con alrededor de 1.300 residentes, la mitad de los cuales son personas mayores. Sin embargo, el centro de salud de la comunidad se encuentra frecuentemente cerrado, y los médicos no están disponibles los fines de semana, festivos, ni fuera del horario habitual. Debido al cierre de otros centros de salud cercanos, el más próximo se ubica a 45 kilómetros en Catanzaro, lo que agrava la problemática.

Torcida explicó que el decreto tiene la finalidad de captar la atención de las autoridades regionales sobre una situación que considera “inaceptable”. En su proclama, exhorta a los ciudadanos a evitar cualquier conducta que pueda resultar peligrosa, así como limitar sus salidas y actividades físicas para no correr riesgos innecesarios en un contexto donde la atención de emergencias es limitada.

El alcalde transmitió que, aunque el decreto puede parecer una burla, es un llamado de auxilio y un intento por provocar una respuesta de médicos y funcionarios sanitarios. La medida se mantendrá vigente hasta que se logre una apertura regular del centro de salud.

Torcida comentó que invita a las autoridades a experimentar una semana en Belcastro para que experimenten la inseguridad de no tener atención médica inmediata. La situación de Belcastro se refleja en un panorama más amplio en Calabria, que es una de las regiones más empobrecidas de Italia y ha enfrentado la fuga de jóvenes hacia las ciudades, dejando a muchas localidades con altas tasas de envejecimiento y riesgo de despoblación.

De acuerdo con registros de 2021, más del 75% de los pueblos de Calabria tenía menos de 5.000 habitantes, lo que genera temores sobre la posible desaparición de varias comunidades. Algunas localidades incluso han comenzado a ofrecer incentivos económicos para atraer a nuevos habitantes, en un intento por revitalizar sus poblaciones. Torchia reconoció que muchos pueblos de la provincia de Catanzaro enfrentan problemas similares relacionados con el acceso a la salud.

DCN/Agencias