El Vinotinto Fútbol Club se alista para su debut en la Serie A de la Liga Pro, la máxima categoría del fútbol ecuatoriano. Este nuevo equipo busca no solo destacar en la cancha, sino también unir a la comunidad venezolana en Ecuador a través de una “marca” que incorpora iniciativas sociales y culturales para apoyar a los migrantes.
Vestido con los colores de la selección nacional, el Vinotinto FC surge de la base del Cuniburo, un club de Quito que fue adquirido en 2024 por el empresario venezolano Giovanni Di Mella. La temporada pasada, este equipo logró ascender a la Primera División. Con este cambio, el Vinotinto FC no solo adoptó la camiseta granate, sino que también se propuso conectar con los casi 475.000 venezolanos que habitan en Ecuador.
Juan Manuel Durán, el director deportivo del club, aseguró que buscan ofrecer un espacio en el que los venezolanos se sientan identificados y puedan volver a sus raíces. El club ahora cuenta con tres escuadras profesionales: además del equipo en la Serie A, está el Atlético Vinotinto en la Serie B y el Vinotinto Femenino en la Superliga, además de tener presencia a nivel de formativas.
El objetivo es claro; Durán expresó el deseo de representar a Ecuador en torneos internacionales, destacando en la Serie B y el femenino, además de ser un semillero de talento. Se espera nutrir a los equipos con jóvenes venezolanos para que puedan brillar en el fútbol.
Un ejemplo destacado es Christian Larotonda, el único venezolano en el plantel, quien emocionado contó que siente orgullo al ver la bandera de su país en el estadio. Para su debut, el Vinotinto FC se enfrentará al actual campeón, Liga Deportiva Universitaria de Quito, bajo la dirección del técnico argentino Juan Gabrowski.
Pero el Vinotinto va más allá de lo deportivo. Ha creado una orquesta sinfónica compuesta por músicos venezolanos y ecuatorianos, muchos de ellos formados en el aclamado Sistema de Orquestas de Venezuela. Andrés Cordero, gerente de marketing, comentó que la música representa un valor de excelencia cultural para la comunidad.
Asimismo, el proyecto incluye la adquisición de la Hacienda Chillo Gijón en Quito, un espacio histórico de más de 400 años, donde se planea establecer un centro cultural que también sirva de punto de encuentro para los venezolanos en Ecuador. Cordero concluyó que desean integrar elementos representativos de ambas culturas en este nuevo hogar comunitario.
DCN/Agencias