El Banco Central Europeo (BCE) afirmó el mes pasado que la inflación en la zona euro se acercaba a su meta, aunque aún generaba preocupación, lo que sugiere precaución respecto a una posible relajación de la política monetaria, según las actas de su reunión del 29 al 30 de enero.
En enero, el BCE redujo las tasas de interés por quinta vez desde junio y dejó entrever que podría haber más flexibilización en su política, dado que la inflación se encamina a regresar al objetivo del 2%, y ya no sería tan necesario restringir el crecimiento económico.
Tras la reunión, algunas fuentes comentaron a Reuters que era probable un nuevo recorte de tasas en marzo, aunque cualquier acción a partir de abril podría ser objeto de un debate más intenso.
El BCE reportó que los miembros acordaron que el proceso de desinflación avanzaba de manera positiva. Sin embargo, también observaron indicios de un cambio en el equilibrio de riesgos hacia el alza desde diciembre.
Algunos miembros del BCE pidieron mayor precaución respecto al tamaño y la velocidad de los posibles recortes adicionales, ya que las tasas se encuentran cerca del nivel neutral, en el que no se estimula ni se frena el crecimiento económico.
Actualmente, los inversores anticipan que el BCE reducirá el tipo de depósito en 25 puntos básicos en su próxima reunión y que se realizarán dos recortes adicionales durante el año, con el objetivo de colocar el tipo de referencia en un 2% para finales de 2025.
DCN/Agencias