El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela convocó las elecciones regionales y parlamentarias, posponiéndolas del 27 de abril al 25 de mayo de 2024. Elvis Amoroso, representante del CNE, indicó que este cambio se hizo a solicitud de diversos actores políticos que participan en el proceso electoral. Sin embargo, fuentes dentro de distintas toldas partidistas afirman que la decisión no refleja la consulta real, ya que las decisiones del CNE parecen estar supeditadas al oficialismo.
La normativa electoral establece que para habilitar tarjetas electorales, estas deben haber obtenido al menos el 1% de la votación en los últimos comicios. La complicación radica en la falta de transparencia en los resultados electorales del 28 de julio pasado, al no publicarse la desagregación de votos ni el acta correspondiente, lo que dificulta el cumplimiento de esta norma.
Las tarjetas que superaron el 1% de votos fueron principalmente del PSUV, MUD, MPV y UNT, lo que dejaría a una gran mayoría de las tarjetas opositoras fuera del tarjetón electoral, aunque el CNE ha mostrado flexibilidad en decisiones anteriores respecto a la habilitación de tarjetas.
Con respecto al número de candidatos, se estima que, para cumplir con los requisitos de inscripción en las elecciones, cada partido necesitaría alrededor de 500 nombres, incluyendo postulaciones para gobernaciones y la Asamblea Nacional, en un contexto donde la desconfianza hacia el sistema electoral ha crecido.
El panorama se complica aún más por la represión post-electoral, que ha dejado a muchos activistas y candidatos en prisión. El desafío sigue siendo significativo, especialmente para aquellos que desean participar bajo condiciones que se consideran mínimamente aceptables.
DCN/Agencias