La reconocida futbolista venezolana, Deyna Castellanos, ha hecho eco de su experiencia en la selección nacional de fútbol, desnudando la cruda realidad detrás de esta historia. En una entrevista reciente en el podcast «We Are Brave», compartió sus vivencias desde que se unió a la Vinotinto a los 12 años, resaltando los conflictos y el maltrato que ha enfrentado en el camino.
Castellanos no escatimó en palabras al detallar que su andar en la selección ha estado plagado de momentos difíciles, incluyendo roces con sus compañeras y el cuerpo técnico. “Lo que se proyecta desde la selección al mundo exterior no refleja lo que realmente ocurre dentro”, expresó, dejando entrever su descontento con la situación actual del equipo.
A pesar de su inquebrantable amor por representar a su país en el ámbito internacional, Deyna reveló que formar parte de la selección no le proporciona la felicidad que alguna vez buscó. “Amo a Venezuela, pero la selección no es un lugar donde me sienta verdaderamente feliz”, han sido sus palabras, que reflejan una lucha interna y los retos que ha debido superar.
Sus declaraciones han generado un profundo eco entre los aficionados al fútbol en Venezuela, poniendo de manifiesto la dura realidad que enfrentan muchas deportistas en el país. Con su valentía, Castellanos pretende dar visibilidad a los desafíos que a menudo quedan ocultos tras la fachada del fútbol femenino en Venezuela.
Esta situación abre un debate necesario sobre el bienestar y las condiciones en las que se desenvuelven las futbolistas en el ámbito nacional, y la necesidad de mejorar el entorno para que puedan desarrollar su talento plenamente y con el reconocimiento que merecen. La historia de Deyna es un recordatorio de que el camino al éxito no siempre es color de rosa, y que los atletas también necesitan apoyo y comprensión en su andar.
DCN/Agencias