La junta militar de Birmania, que tomó el poder tras un golpe de Estado en febrero de 2021, ha declarado un período de siete días de luto a partir del 31 de marzo por las más de 1.700 víctimas del terremoto de magnitud 7,7 que ocurrió la semana pasada, también sintiéndose en Tailandia y China. Durante este tiempo, las banderas del país ondearán a media asta en homenaje a los afectados.
Según el portal de noticias Eleven, el sismo ha dejado además más de 3.400 heridos y alrededor de 300 personas desaparecidas. El líder de la junta, Min Aung Hlaing, visitó a varios heridos en un hospital militar en la capital, Naipyidó, donde solicitó a los servicios de salud proporcionar toda la asistencia posible a las víctimas.
La Federación Internacional de Cruz Roja ha solicitado la recaudación de 115 millones de dólares para ayudar a quienes sufrieron daños por el temblor y sus réplicas. La organización subrayó la “destrucción” ocasionada por el terremoto y la creciente necesidad de apoyo en la población afectada. Según Alexander Matheou, director regional del Comité Internacional de Cruz Roja para Asia-Pacífico, «esto no es solo un desastre, es una crisis humanitaria completa que se está agravando».
El programa lanzado por la Cruz Roja busca brindar asistencia a unas 100.000 personas en las próximas 24 horas. Matheou también hizo hincapié en que Birmania enfrenta un desplazamiento masivo de población debido a conflictos en curso y condiciones de inseguridad alimentaria, lo que agrava la situación. Señaló que el terremoto ha intensificado los problemas existentes y que la comunidad internacional debe actuar de forma sostenida ante esta crisis.
Esta tragedia se suma a una situación ya tensa en el país, complicando aún más las condiciones de vida para miles de birmanos.
DCN/Agencias