Han transcurrido más de mil días desde que el Gobierno nacional ajustó por última vez el salario mínimo en Venezuela. Ante esta realidad, distintos gremios, incluido el sector cementero, están organizando movilizaciones de protesta.
El 15 de marzo de 2022, el salario mínimo se fijó en 130 bolívares mensuales, equivalentes a 30 dólares en ese momento. Sin embargo, la pérdida de valor del bolívar ha hecho que este salario se vuelva "inexistente para los trabajadores", según Orlando Chirinos, presidente de la Federación Única de los Trabajadores Cementeros de Venezuela (Fetracemento), durante su intervención en el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias.
Chirinos destacó que, aunque la industria cementera continúa operando, “desafortunadamente enfrenta una gestión nacional indiferente”. Aseguró que los trabajadores están mal remunerados y que se registran numerosas arbitrariedades en la industria, que está en un estado crítico.
El dirigente enfatizó que no existe un salario real mientras no se respeten los derechos fundamentales de los trabajadores que respondan a sus necesidades inmediatas. Además, señaló que Fetracemento ha buscado dialogar con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pero persisten los problemas con contratos y convenios colectivos.
El 19 de marzo, los cementeros se unieron para demandar un “aumento salarial digno para todos los venezolanos”. Chirinos advirtió que “los salarios y pensiones en el país son insostenibles, ya que vivir con 2 dólares al mes es imposible”. Asimismo, mencionó que las bonificaciones salariales, aunque no forman parte del ingreso fijo, han sido cruciales para enfrentar la crisis. Explicó que con los actuales niveles de pobreza, las prestaciones laborales son extremadamente precarias, y a nivel internacional se están evaluando como parte de la pobreza extrema.
DCN/Agencias