En el centro de Myanmar, miles de personas se congregan en busca de familiares desaparecidos entre los escombros de Mandalay, dos días después del terremoto de magnitud 7,7 que sacudió la región. Según datos ofrecidos por la junta militar, hasta el momento se reportan 1.644 muertos y 3.408 heridos.
El sismo también dejó un saldo de 17 fallecidos en Tailandia, donde se sintió con fuerza en Bangkok, a más de mil kilómetros del epicentro. Las áreas más afectadas comprenden Mandalay y localidades aledañas, donde se produjeron colapsos de edificios, casas, templos y puentes. La Cruz Roja indicó que más de 90 personas podrían estar atrapadas en un edificio residencial de doce pisos en Mandalay.
El sistema de salud en Myanmar, ya debilitado por el conflicto interno y el aislamiento internacional tras el golpe de estado de 2021, enfrenta una grave escasez de insumos médicos, según alertas de la ONU.
El líder de la junta militar, Min Aung Hlaing, hizo un llamado a la comunidad internacional, solicitando ayuda de cualquier país u organización. La respuesta global comenzó a materializarse; India envió insumos de emergencia, mientras que China despachó 82 rescatistas. Otros países, como Corea del Sur y Malasia, así como la Organización Mundial de la Salud (OMS), también ofrecieron asistencia.
El impacto del terremoto continúa desarrollándose, y las labores de rescate son prioritarias en medio de la crisis humanitaria agravada por la situación política del país.
DCN/Agencias