Este sábado 1 de marzo se cumple el plazo para el fin de la primera fase y el inicio de la segunda del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás. Organizaciones humanitarias han advertido que no renovarlo sería devastador para la población de Gaza.
Katrin Glatz Brubakk, responsable de salud mental en Médicos Sin Fronteras (MSF), afirmó que la continuación del alto el fuego es crucial para evitar un impacto devastador. Según Brubakk, esta pausa ha permitido que los habitantes de Gaza llegaran a un respiro, tras más de 15 meses en un constante estado de supervivencia. Durante el alto el fuego, las personas no han tenido que vivir con la incertidumbre de ataques aéreos.
Brubakk destacó que, aunque las bombardeos han cesado, la gente ha comenzado a llorar por lo que han perdido: sus casas, la vida cotidiana, y la seguridad de sus familias. La paz, aunque emergente, ha despertado un dolor profundo por la ausencia de estabilidad.
MSF alertó que si el alto el fuego termina, los niños en Gaza podrían regresar a un estado extremo de supervivencia, afectando gravemente su salud mental. Muchos niños anhelan regresar a sus hogares, ver a sus amigos y asistir a la escuela. La falta de renovación del alto el fuego podría llevar a la pérdida de esta esperanza.
Se han observado síntomas de depresión entre los niños. Algunos se arrancan el cabello, muerden, están inquietos o se aíslan. Una de las menores conocida como «la koala» ilustra esta situación; se aferra a su madre constantemente tras haber sobrevivido a bombardeos y la muerte de su hermana pequeña por hambre.
Los niños en Gaza no están viviendo su infancia; carecen de las oportunidades para jugar, aprender y socializar, lo que afecta su desarrollo emocional y psicológico a largo plazo. Las secuelas de la guerra perdurará en ellos durante muchos años.
Con información de Europa Press.
DCN/Agencias