Este lunes, el Instituto de Oceanografía Scripps (SIO) de la Universidad de California en San Diego anunció el descubrimiento del cadáver de un pez remo, un ejemplar que mide entre 2,7 y 3 metros, hallado el pasado miércoles 13 de noviembre en la playa Grandview de Encinitas, Estados Unidos.
Este acontecimiento sigue a un hallazgo similar ocurrido en agosto en la playa de La Jolla. Se trata del avistamiento número 21 de esta especie en las costas de California desde 1901. Los peces remo, inhabituales en la superficie, suelen estar en las profundidades del mar y rara vez son vistos por humanos.
Ben Frable, director de la Colección de Vertebrados Marinos, se comunicó con el Servicio de Pesca de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) para la recuperación del espécimen. Frable indicó que se tomaron muestras del pez, que fueron congeladas mientras se espera un estudio más profundo. Las investigaciones permitirán obtener información sobre la biología, anatomía y genética de esta especie.
Los peces remo, también conocidos como regalecos, son criaturas enigmáticas que residen en la zona mesopelágica del océano, donde la luz apenas llega. Su apariencia a menudo lleva a confusiones con serpientes marinas.
Por otro lado, estos peces son objeto de diversas supersticiones y se les considera heraldos de desastres naturales. La leyenda japonesa sugiere que su presencia en aguas costeras puede predecir terremotos, una creencia que se revivió tras la aparición de 20 ejemplares en 2011, antes del devastador terremoto y tsunami en Japón.
El SIO ha señalado que el reciente avistamiento de peces remo en California genera interrogantes sobre su supuesta capacidad de predecir catástrofes. La cadena Fox News se refirió a este pez como el «pez del juicio final». Sin embargo, expertos han desmentido esta conexión, señalando que un estudio de 2019 no encontró correlación entre los varamientos de peces remo y la ocurrencia de terremotos en Japón.
Frable comentó que el surgimiento de dos peces remo en un mismo año podría estar relacionado con cambios en las condiciones oceánicas, como los ciclos de El Niño y La Niña.
DCN/Agencias