El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania confirmó el martes 11 de marzo varios ataques aéreos sobre instalaciones energéticas en las regiones de Moscú y Oriol, en el marco de una ofensiva con drones considerada la más extensa desde el inicio de la actual fase del conflicto en febrero de 2022.
Las autoridades ucranianas señalaron que entre los objetivos alcanzados se encuentra una refinería en Moscú que procesa hasta once millones de toneladas de petróleo al año y satisface aproximadamente la mitad de las necesidades de combustible de la capital rusa. También se reportaron explosiones cerca de una estación del oleoducto Druzhba, el más grande del mundo, en la región de Oriol. En respuesta, Hungría denunció un corte en el suministro de gas a través de la rama sur de dicho oleoducto debido a estos ataques.
Ucrania argumenta que estas acciones tienen como finalidad atacar infraestructuras estratégicas utilizadas por Rusia en su «agresión» hacia Ucrania, afirmando que se alinean con el Derecho Internacional Humanitario. Según un comunicado, las Fuerzas de Defensa de Ucrania trabajan para proteger a la población civil.
Por otro lado, Rusia reportó que logró derribar cerca de 340 drones durante la noche. Sin embargo, solo un centenar fueron interceptados en la región de Moscú; la mayoría de los drones fueron eliminados en la provincia de Kursk, que colinda con Ucrania y ha sido un área de incursiones.
El gobernador de Moscú, Andréi Vorobiov, informó a través de su cuenta en Telegram que al menos una persona murió y tres resultaron heridas en las localidades de Vodnoye y Yam. Más tarde, señaló que «restos de un dron» impactaron un edificio de apartamentos en Rámenskoye. Detalló que los restos de un dron cayeron en un aparcamiento de una empresa en Yam y también hubo impactos en Dinoye.
Finalmente, Vorobiov confirmó que dos de los heridos fallecieron a causa de la gravedad de sus lesiones, y destacó que todas las víctimas mortales eran empleados de la compañía alimentaria Miratorg.
DCN/Agencias