A los 66 años, una mujer sorprende al mundo al dar a luz a su décimo hijo

Una mujer de 66 años, Alexandra Hildebrandt, dio a luz a su décimo hijo, Phillip, en el Hospital Universitario Charité de Berlín. El bebé nació por cesárea, pesando 3,550 gramos y midiendo 50 centímetros. Este nacimiento es notable no solo por la edad de la madre, sino porque Alexandra ha tenido ocho hijos posteriores a los 53 años y es su octava cesárea.

El profesor Wolfgang Henrich, director del Departamento de Obstetricia del hospital, calificó el embarazo de Alexandra como una «rareza absoluta» en el ámbito médico. A pesar de los riesgos asociados a su edad y a múltiples cesáreas, el profesor destacó que logró llevar adelante una «gestación sin complicaciones», gracias a su excelente estado físico y mental.

La intervención quirúrgica se realizó a las 37 semanas de gestación y se desarrolló sin inconvenientes. Henrich mencionó que los principales riesgos incluían complicaciones cardiovasculares y problemas relacionados con adherencias de cesáreas previas. Sin embargo, su salud favoreció el éxito del procedimiento. «Es la paciente de mayor edad que he atendido en una gestación en este hospital», afirmó el médico, subrayando lo excepcional de su caso.

El nacimiento de Phillip es un hito en la vida de Alexandra, quien tiene una hija mayor de 45 años. Ocho de sus diez hijos nacieron después de los 53 años, lo que resalta su capacidad para concebir en una etapa de vida donde muchas mujeres ya han pasado por la menopausia.

En una reciente entrevista, Alexandra respondió a los cuestionamientos sobre su decisión de tener otro hijo a esta edad: “¿Por qué un décimo hijo a los 66 años? ¿Por qué no, si puedo?”. Se describió a sí misma como si tuviera 35 años y consideró a los niños como un «regalo de Dios».

De origen ucraniano, Alexandra está en su segundo matrimonio con un diputado del parlamento regional de Berlín, quien es el padre de sus hijos menores de edad. Según los especialistas, los embarazos en mujeres mayores de 50 años son raros y generalmente están ligados a tratamientos de fertilidad, pero Alexandra concibió a Phillip de manera natural, lo que añade singularidad a su historia.

El profesor Henrich concluyó que los embarazos a esta edad requieren un monitoreo constante, aunque el estado físico y mental de la madre fue crucial para minimizar los riesgos.

DCN/Agencias

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