El 17 de abril de 2022, se reportaron dos muertes y múltiples heridos tras la explosión de una bomba frente a un puesto policial en La Plata, Huila, Colombia. Este incidente ocurrió durante la salida de los fieles de una misa, causando pánico en la comunidad. La detonación de una motocicleta cargada de explosivos dejó dos fallecidos y al menos 21 heridos, entre ellos varios menores de edad.
Este ataque es el segundo registrado en el transcurso del Jueves Santo en el país. Por la mañana, una explosión en Mondomo, Cauca, cerca de un puesto policial, resultó en al menos una persona muerta y cinco heridas. Ambos ataques han sido atribuidos a las disidencias de las FARC, coincidieron con la decisión del Gobierno colombiano de no extender el cese al fuego bilateral con el Estado Mayor de los Bloques (EMB), que había estado en vigor durante 18 meses.
Asimismo, en la madrugada del mismo día, un carro bomba estalló en el corregimiento de Robles y más tarde se reportó un ataque armado contra la estación de Policía de Dagua, donde hombres armados dispararon durante aproximadamente 30 minutos sin dejar heridos ni muertos.
Estos hechos se dan tras un ataque registrado el 15 de abril en Potrerito, donde un artefacto explosivo artesanal fue lanzado contra una patrulla militar, resultando en cuatro soldados heridos.
La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Colombia condenó la reciente escalada de violencia en Huila y Cauca, así como los ataques con explosivos ocurridos en Santander de Quilichao, que dejaron un muerto y dos heridos, además de daños materiales.
El ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, hizo un llamado a la comunidad internacional para que se pronuncie contra esta escalada de violencia, reiterando que las Fuerzas Militares siguen trabajando para neutralizar estas amenazas, enfatizando la importancia de la colaboración con la comunidad.
DCN/Agencias