Crónica Uno – Valencia, 9 de abril de 2025. Denunciar el acoso en espacios públicos es un reto constante para las mujeres en Venezuela. Lismar, una joven de 18 años, vivió una experiencia incómoda mientras caminaba por Caracas: un comentario inadecuado de un hombre que la llevó a sentir vulnerabilidad y a evitar ropa que resaltara su figura. Este tipo de acoso ha impactado su conducta, ahora elige evitar ciertas calles con grupos de hombres.
Lismar expresa su frustración al señalar que no hay forma de esquivar este tipo de comentarios y que ser observada de esa manera resulta angustiante. María Luisa Campos, directora de la organización Resonalia, describe el acoso en espacios públicos como un comportamiento abusivo que tiene connotaciones sexuales, ya sea verbal o física. Un informe de Resonalia destaca el miedo que sienten las mujeres al andar por las calles, lo que les lleva a modificar sus comportamientos y opciones.
El acoso está tipificado en el artículo 19 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, indicando que comprende actitudes que persiguen o intimidan a las mujeres. Sin embargo, estos actos son difíciles de denunciar debido a su naturaleza esporádica, lo que impide la recolección de pruebas adecuadas.
A pesar de que muchas mujeres tienen evidencias de acoso, como el caso alarmante en la Universidad de los Andes, donde estudiantes denunciaron a un hombre por comportamientos inapropiados, las respuestas oficiales han sido insuficientes, lo que genera desconfianza en el sistema.
Activistas como Jessica Paz subrayan la necesidad de educar sobre el acoso, ya que generalmente se normaliza como parte de la cultura local. Por ello, proponen esfuerzos para cambiar la percepción de estos actos y la forma en que afectan la movilidad y la seguridad de las mujeres en su vida cotidiana.
DCN/Agencias