El columnista Olivier Beaumont del diario Le Parisien ha revelado detalles sobre la peculiar costumbre del presidente francés, Emmanuel Macron, en su reciente obra ‘La tragedia del Elíseo. En el infierno del quinquenio de Macron’. En el capítulo titulado ‘El presidente huele mal’, Beaumont menciona que Macron utiliza el perfume Eau Sauvage de Christian Dior de manera habitual y en grandes cantidades, lo que resulta evidente al ingresar a su entorno laboral.
Beaumont indica que el presidente tiene frascos de su fragancia en múltiples lugares, como los cajones de su escritorio. Esta práctica pública de uso del perfume envía una señal clara sobre su presencia: «Al entrar a la Corte de Honor del palacio del Elíseo, es fácil notar si él ha estado allí», señala el autor. Según Beaumont, Macron utiliza los perfumes como una herramienta simbólica de poder, similar a cómo lo hacía Luis XIV en el Palacio de Versalles. Un exasesor sin identificar comentó: «Cuando Macron entra a una habitación, se le puede olfatear. Es un aroma que penetra rápidamente e indica: ‘Cuidado, que voy'».
Asimismo, se menciona que la esposa de Macron, Brigitte, también recurre a la misma fragancia en ausencia de su esposo, aplicándose el perfume para sentir su cercanía cuando él se encuentra en el extranjero.
El Daily Telegraph, en un artículo reciente, ha realizado un llamado al presidente francés para que tenga en cuenta ciertas «reglas para llevar perfume sin abrumar a los demás». El medio británico destaca que la sensibilidad hacia los olores varía entre individuos, aconsejando aplicar la fragancia con moderación. Esto incluye la recomendación de que los hombres se rocién solo dos veces en el cuello y una vez en el antebrazo, sugiriendo que aplicar en la ropa puede resultar en un olor menos intenso.
A pesar de su preferencia por la Eau Sauvage, el diario sostiene que una aplicación más sutil puede ser más efectiva que una declaración de intenciones tan audaz.
DCN/Agencias