El Papa Francisco insta a adoptar las Bienaventuranzas en respuesta a una economía deshumanizante

El papa Francisco presentó sus meditaciones para el Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma, donde contrastó la «economía de Dios que no descarta ni aplasta» con las «economías actuales de algoritmos e intereses implacables». El cardenal Baldo Reina representó al Pontífice en este evento, luego de que Francisco visitara la cárcel Regina Coeli en Jueves Santo, donde se reunió con 70 reclusos.

En sus reflexiones, el Papa criticó la economía «deshumana», donde «noventa y nueve valen más que uno». Destacó que hemos construido un mundo que opera a través de «cálculos y algoritmos», describiéndolo como regido por «frías lógicas e intereses implacables».

En contraste, Francisco definió la economía divina como aquella que «no mata, no descarta, no aplasta», caracterizándola como «humilde» y «fiel a la tierra». En sus palabras, el camino de Jesús es uno de las Bienaventuranzas que «no destruye, sino que cultiva, repara, protege».

Al introducir las 14 Estaciones del Vía Crucis, el Papa destacó que el camino de Jesús hacia el Gólgota simboliza «el éxodo hacia una nueva tierra», enfatizando que Cristo «vino a cambiar el mundo», instando a la población a «cambiar de dirección» y a reconocer la bondad de sus pasos.

Francisco también se refirió a los personajes del Vía Crucis como representaciones de experiencias humanas universales. Citó el caso de Simón de Cirene, quien, al regresar del campo, se detuvo para ayudar a Jesús a llevar la cruz. Según el Pontífice, hoy necesitamos a personas que nos detengan y nos ayuden a cargar con «algún trozo de realidad».

Adicionalmente, Francisco reflexionó sobre la importancia de trabajar en compañía de Dios, advirtiendo que «sin Dios uno se dispersa».

DCN/Agencias

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