En un hecho sin precedentes para la Iglesia Católica, el exfiscal de la Secretaría de Estado del Vaticano, Angelo Becciu, fue condenado a 5 años y 6 meses de prisión por corrupción, marcando así el primer caso en el que un cardenal enfrenta tal sanción por irregularidades financieras. La sentencia fue emitida por la Santa Sede en 2023, en medio de un escándalo que se remonta a 2019, vinculado a la polémica compra de un edificio en Londres durante la gestión del fallecido papa Francisco.
La adquisición del inmueble ubicado en Sloane Avenue costó al Vaticano aproximadamente 350 millones de euros. Posteriormente, el edificio se vendió por 186 millones de libras (aproximadamente 214 millones de euros), lo que ocasionó un importante déficit en las finanzas del Vaticano. Este caso reveló falencias en la transparencia y gestión económica de la institución, lo que propició acusaciones de extorsión.
Además de la condena de prisión, Becciu fue inhabilitado de manera perpetua para ocupar cualquier cargo en la Santa Sede, y deberá pagar una multa personal de 8.000 euros. Junto a otros condenados, también deberá contribuir solidariamente a una indemnización de 200 millones de euros al Vaticano por los daños causados.
En el juicio, se presentaron otros delitos imputados a Becciu, incluyendo el manejo irregular de 125.000 euros relacionados con una cuenta de Cáritas de Ozieri, presidida por su hermano. Con el fallecimiento del papa Francisco, surge la incertidumbre sobre la participación de Becciu en el próximo cónclave que elegirá al nuevo pontífice.
Pese a su condena y a su estatus como cardenal no elector a los 76 años, la oficina de prensa del Vaticano ha indicado que todos los cardenales, incluso aquellos en situaciones similares, tienen derecho a participar en las reuniones preparatorias del cónclave. Becciu declaró al diario ‘Unione Sarda’ que no recibió una exclusión explícita del cónclave por parte del papa y que sus prerrogativas cardenalicias se mantienen: “No hubo voluntad explícita de excluirme”, afirmó.
La discusión sobre su elegibilidad será un tema importante en las reuniones previas al cónclave, donde se definirán los siguientes pasos para elegir un nuevo líder de la Iglesia Católica.
DCN/Agencias