Especialistas en dermatología aconsejan la frecuencia ideal para el cambio de sábanas

La frecuencia con la que se debe cambiar la ropa de cama está relacionada con la acumulación de sudor, células muertas de la piel, residuos de productos de cuidado personal, así como ácaros del polvo y bacterias que se asientan con el uso diario. Dormir en sábanas sucias no solo resulta incómodo, sino que puede tener repercusiones negativas en la salud de la piel y del sistema respiratorio. Por lo tanto, tanto dermatólogos como expertos en salud sugieren que las sábanas se cambien al menos una vez por semana.

Durante la noche, el cuerpo humano pierde sudor y células muertas de forma continua, creando un ambiente propicio para la proliferación de ácaros del polvo y otros microorganismos. Si las sábanas no se sustituyen con regularidad, este ambiente puede provocar problemas como acné, dermatitis, alergias e incluso infecciones cutáneas, especialmente en quienes tienen piel sensible o condiciones dermatológicas existentes.

Los dermatólogos señalan que las personas que duermen desnudas, sudan mucho o tienen mascotas que suben a la cama deberían cambiar las sábanas con mayor frecuencia, de dos a tres veces a la semana. Esto se debe a que el riesgo de acumulación de gérmenes es mayor, lo que puede llevar a irritaciones o infecciones.

En particular, las fundas de almohada requieren especial atención, dado que están en contacto directo con la cara y el cabello. Se recomienda cambiarlas incluso más seguido que las sábanas, idealmente cada tres días, para evitar la obstrucción de los poros, la aparición de granos y la acumulación de grasa o residuos de productos capilares.

Es fundamental lavar las sábanas con agua caliente, a temperaturas superiores a 60 °C, para eliminar eficazmente bacterias y ácaros. Además, se aconseja el uso de un detergente hipoalergénico, especialmente para quienes tienen piel sensible o alergias.

Esta información es vital para asegurar un entorno de descanso adecuado y saludable.

DCN/Agencias