El Triduo Pascual, que se celebra a partir del Jueves Santo, consiste en tres días de liturgia que conmemoran los últimos momentos de la vida de Cristo: su pasión, muerte y resurrección. Durante este tiempo, se rememoran eventos significativos como la última cena, el lavatorio de los pies y la oración en el Huerto de los Olivos, todos con una rica carga espiritual.
El Jueves Santo es el día más representativo para la Iglesia Católica, siendo la última cena el momento más conocido. En esta cena, Jesús compartió su última reunión con los doce apóstoles antes de su crucifixión. Allí, anunció que uno de ellos lo traicionaría y que San Pedro lo negaría tres veces antes del canto del gallo. También, en un acto de humildad, lavó los pies de sus discípulos, un gesto que la iglesia valora como de servicio desinteresado.
A medida que Jesús se prepara para enfrentar su detención y juicio, la iglesia llama a los fieles a vivir este periodo con recogimiento espiritual, recordando la institución de la Eucaristía.
Una tradición importante en esta época es la Ruta de los Siete Templos, que consiste en visitar siete iglesias durante la noche del Jueves Santo y el Viernes Santo. Esta práctica, que tiene sus raíces en una iniciativa de San Felipe Neri en 1552, simboliza el recorrido de Jesús desde su captura hasta la crucifixión. En ciudades como Caracas, miles de fieles peregrinan a templos emblemáticos como la Catedral Metropolitana, la Basílica de Santa Capilla y la Iglesia de San Francisco, entre otros.
Cada iglesia visitada representa un evento clave del juicio de Jesús, y los participantes aprovechan para reflexionar sobre su sacrificio y renovar su compromiso espiritual en un ambiente decorado con flores y velas.
DCN/Agencias