Un gringo despide a un albañil que almorzaba en la calle y los transeúntes desatan su ira en una sorprendente venganza

En Mazatlán, México, un incidente de intolerancia desató una fuerte controversia cuando un hombre, supuestamente de nacionalidad estadounidense, protagonizó un altercado con un albañil que almorzaba en la acera frente a su casa. El suceso fue grabado y compartido en redes sociales, donde rápidamente se convirtió en un tema de indignación pública.

El video, publicado por una usuaria en TikTok, muestra al anciano confrontando al trabajador, quien se encontraba bajo la sombra disfrutando de su comida. Al parecer, el hombre exigió al albañil que se alejara de su propiedad, lo que generó una fuerte reacción entre los internautas, quienes interpretaron la situación como un acto de discriminación.

El clip se viralizó rápidamente, y muchos comenzaron a criticar al hombre, a quien se le apodó «gringo». Uno de los comentarios destacados decía: «¿Realmente queremos a este tipo de gente en nuestro país?», reflejando el descontento generalizado. Además, se informó que el mismo individuo había echado a unos niños que se encontraban en las cercanías.

Como resultado de la difusión del video, numerosos ciudadanos, incluyendo motorizados, trabajadores de la construcción y otros civiles, se congregaron frente a la casa del hombre para manifestarse en su contra. La protesta, que incluyó hasta un muñeco gigante de ‘Pikachu’, se tornó bulliciosa, con música y ruidos de motos. Un participante de la manifestación expresó: «Aquí manda México, no mandan los gringos». La situación resultó en un colapso del tráfico en la zona y la intervención de la policía.

Frente a la creciente presión comunitaria, el hombre involucrado, José Ignacio Lizárraga, de 78 años, se defendió asegurando que no es «gringo» y que jamás insultó al trabajador. Según él, solo pidió que no bloquearan el acceso a su casa, donde ofrece alimentos. Lizárraga también mencionó que ha vivido en esa zona durante más de 35 años y negó cualquier acto de discriminación.

El anciano afirmó que el incidente ocurrió el lunes y que fue grabado sin su consentimiento, lo que provocó que su familia recibiera amenazas y agresiones. Lizárraga aseguró que su solicitud era simplemente por el libre acceso necesario para atender su negocio.

DCN/Agencias

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