El Consejo de Seguridad de la ONU escuchó hoy a varios países que son objeto de sanciones, en un debate organizado por Venezuela para analizar los efectos que tienen esos castigos y si se están utilizando adecuadamente.
El Gobierno venezolano, muy crítico con el funcionamiento de los regímenes de sanciones, invitó a Irán, Libia, Costa de Marfil, Eritrea, Sudán y la República Centroafricana a presentar sus puntos de vista ante el Consejo.
Varios de ellos defendieron que las sanciones de las que son objeto resultan injustas y llamaron la atención, entre otras cosas, sobre el impacto que tienen en la población civil.
En ese sentido, el embajador iraní, Golam Ali Khoshroo, recordó que las sanciones pueden suponer un obstáculo para el desarrollo y que plantean cuestiones “éticas” cuando infringen sufrimiento a grupos vulnerables.
Por ello, reclamó el “mayor cuidado” por parte de los comités de sanciones para proteger a los “civiles inocentes” y pidió más vigilancia sobre los efectos humanitarios negativos que este tipo de castigos tienen sobre la población.
Tanto Irán como otros países reclamaron más transparencia al Consejo de Seguridad a la hora de abordar las sanciones, para las que habitualmente crea grupos de expertos que se encargan de su supervisión.
En ese sentido, el embajador venezolano, Rafael Ramírez, insistió en que “los responsables de los comités de sanciones deben rendir cuentas e identificar su objetivo político” y denunció que en ocasiones las potencias utilizan estos instrumentos como herramientas para defender sus intereses.
Ramírez explicó tras la reunión que su país va a proponer un documento al Consejo de Seguridad para tratar de introducir mejoras, por ejemplo, una mejor comunicación con los Estados objeto de sanciones.
DC | EFE