El joven africano, a partir de sus facultades, ha conseguido que su casa tenga electricidad mediante una batería que fabricó con metal, bicarbonato y ácido.
Además de su asombroso talento, la magia de este chico no es otra que su loable intención de emplearlo para mejorar la situación de sus vecinos, una de las más pobres de su país.
Ha conseguido que su comunidad esté conectada con una radio realizada con material fabricado por él mismo, y que utilizan para poner música, emitir noticias, hacer entrevistas y retransmitir los partidos de fútbol.
Ser autodidacta en un país sin apenas medios constituye un gran mérito que no ha pasado desapercibido para los científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde Kelvin acudió invitado durante tres semanas para conocer las instalaciones y, por supuesto, también para dejarse conocer.
De los vertederos a las instalaciones del MIT.
Actualmente, el chico ha sido incluido en el Visiting Practitioners Program, un programa del MIT que promociona el trabajo de jóvenes que luchan por mejorar el futuro de países en desarrollo. De este modo, mediante la ONG Innovative Salone, este pequeño gran mago podrá tener algo más fácil su ímproba tarea.
Gracias a este inesperado y gran apoyo, Kevin puede pensar más a lo grande.
Doe dice que su próximo invento será un molino de viento, y que su visita a Estados Unidos le ha deslumbrado, pero también tiene claro que su objetivo sigue siendo ayudar a sus vecinos.
DC/Correodelorinoco