La cacería por obtener los tan anhelados alimentos regulados, inicia para el grupo de clientes.
Un funcionario de la Policía Regional se encarga de solicitar las cedulas a cada uno de los compradores. Las primeras 40 personas que llaman por su nombre, están más cerca de lograr su propósito: Comprar lo que no se consigue.
Al devolverles el documento de identificación, finalmente pasan a comprar.
¡Pero no se emocione! La cola de tres y hasta 4 horas, solo vale para que pueda comprar dos paquetes de arroz, dos de harina y dos pollos.
DC