Casi desnuda bajo una túnica de fina y traslúcida malla con miles de cristales, la cantante pop Rihanna fue coronada el lunes en la noche por la elite de la moda neoyorquina como ícono «fashion» del año, celebrando su gusto y, sobre todo, su audacia.
Desde su llegada a la alfombra de los Premios CFDA, en el Lincoln Center, templo oficial de la moda en Nueva York, la estrella pop no decepcionó y causó sensación, aclamada como una reina por la multitud y los fotógrafos muy inspirados por su provocativo atuendo.
El brillo de los 200.000 cristales Swarovski incrustados en su traslucido vestido, creación de Adam Selam -un fiel en el guardarropa de la cantante- apenas disimulaba sus pechos y nalgas.
La muy influyente editora de la revista Vogue, Ann Wintour, entregó el premio a la artista de 26 años, originaria de Barbados.
Diane von Furstenberg, presidenta del Concejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos (CFDA por sus siglas en inglés), dijo: «¡ella es muy ‘hot’!».