Existen cosas imposibles en la vida como evitar la muerte, pasar más de un mes sin dormir, y no recordar lo que ocurrió en la Eurocopa del 2004 cada vez que vemos a la selección de Grecia. Y es que aquella copa levantada hacia los cielos de Lisboa por la selección helena, se convirtió sin ningún tipo de dudas en una de las mayores sorpresas en la historia del deporte, considerando que dicho equipo sin tener grandes estrellas, se deshizo de las selecciones más fuertes de ese momento. Y la forma en la cual lo logró, no fue más que defendiéndose.
Bajo la tutela de Ottto Renhagel, aquella Grecia se convirtió en un bloque sólido cuya intencionalidad de juego, parecía por encima de ganar, el no perder. De esa forma fue pasando de ronda tras ronda hasta enfrentarse en la final a una Portugal que jugaba en condición de local, y a la que ya había derrotado en el primer encuentro. Esa noche ocurrió lo impensado y los griegos quedaron campeones, teniendo como figuras a jugadores como Charisteas, Basinas, Nikopolidis, Dellas y Karagounis.
Luego de ese campeonato la selección helena se entregó definitivamente al estilo de juego que los hizo campeones, convirtiéndose en participantes recurrentes tanto de mundiales como de Eurocopas, a pesar de más nunca haber logrado un éxito de aquel calibre, y a sabiendas de que posiblemente pasaron muchísimos años para que lo logren.
Sin embargo, siguen defendiéndose partido a partido, dando batalla contra los equipos que sean, y encontrando lentamente las figuras necesarias, que puedan servir para hacer del cambio generacional que viene desde aquel increíble 2004, y que no ha podido cerrarse, lo menos traumático posible.
Para estar en el Mundial de Brasil, los helenos tuvieron que sufrir hasta el final, transformándose esto en otra de las facetas en las que han aprendido desenvolverse los griegos a la perfección. Luego de quedar empatados en su grupo junto a Bosnia, Grecia tuvo que ir al repechaje luego de tener peor diferencia de goles , el rival fue Rumanía, al que se derrotó a doble vuelta gracias, fundamentalmente, a un formidable Mitroglou, quien le ha dado un salto de calidad tremendo a la delantera, pues es capaz de resolver partidos sin necesidad de jugar excesivamente bien.
A todas estas, destaca encima de muchas cosas el trabajo de su técnico Fernando Santos, apretando las tuercas que se veían flojas, e inyectándole el gen competitivo a un equipo que luego de la salida del técnico que los hizo campeones, parecía haber perdido . Con todos estos factores en juego, si bien no ganara el mundial, no puede descartarse a Grecia como uno de los equipos que pudiese complicarle la vida a más de uno.
Fortalezas: La solidez defensiva que los define, y la habilidad goleadora de Mitroglou.
Debilidades: El no saber jugar de otra forma que no sea defendiéndose, viéndose derrotados con casi absoluta seguridad, cuando el equipo contrario marca primero.
Luis Orozco/@DiarioContraste