El secretario ejecutivo de Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Ramón Guillermo Aveledo, dijo este jueves que “el diálogo con el Gobierno es una ventana que siempre hay que dejar abierta” porque puede necesitarse, pese a que actualmente esté congelado.
“Como sabemos, el diálogo está congelado porque hemos exigido al Gobierno que dé respuestas en hechos y no solamente en palabras (…) pero es una ventana que siempre hay que dejar abierta porque puede necesitarse”, dijo Aveledo a la emisora local Unión Radio.
Aveledo indicó que la situación del país “es muy grave” y que por ello no se puede “echar llave” a estas conversaciones y decir que “más nunca en la vida” hablarán.
Sin embargo, dijo que “es muy claro” que el Gobierno “o no quiere o no está en capacidad de tomar ciertas decisiones”, y resaltó que aún “no se toman decisiones en materia de los presos políticos”.
Aveledo apuntó que a mediados del próximo julio el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) celebrará un congreso y que “cualquier decisión polémica está diferida para después” de ese evento.
“En el seno del oficialismo no quieren correr riesgos, eso lo que nos indica es que la prioridad para el Gobierno es el mundillo interno de la política en el seno del circulo oficial”,.
Las declaraciones de Aveledo se producen horas después de que un tribunal de Caracas admitiera la acusación del Ministerio Público y ordenara el pase a juicio, tanto al dirigente opositor Leopoldo López como a cuatro jóvenes por su presunta responsabilidad en los incidentes violentos del 12 de febrero pasado.
El diálogo entre Gobierno y oposición arrancó el 10 de abril pasado con la Unión de Naciones Suramericanas y el Vaticano como terceros de “buena fe”, pero tras una serie de reuniones, la MUD anunció el 13 de mayo que estaba “congelado” y que no habría nuevas reuniones hasta que se produjesen “gestos” desde el Ejecutivo.
Entre los “gestos” reclamados está la liberación de los estudiantes y políticos detenidos en las protestas, así como la del comisario Iván Simonovis, condenado por dos muertes durante el fallido golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez.
Las conversaciones se instalaron en un momento en que se sucedían los hechos de violencia relacionados con las protestas, que han dejado un saldo oficial de 42 muertos y cientos de heridos.
DC/Agencias
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