Ante el progresivo deterioro económico, el Gobierno de Venezuela tendría que aplicar más temprano que tarde fórmulas para ajustar su sobrevaluado bolívar, medida que sería una espada de doble filo porque alentaría la inflación pero aliviaría el crónico desabastecimiento, advierten analistas.
Los economistas pintan un panorama complicado para el país petrolero, con una inflación rozando el 70% al final del 2014 y una contracción de la economía de al menos un 2 por ciento, que servirá de antesala a unas cruciales elecciones parlamentarias en el 2015.
El país petrolero cerró el ejercicio pasado con una inflación de 56,2% y una débil expansión de su Producto Interno Bruto (PIB) de 1,3%.
Según los expertos, la manera más rápida y efectiva para hacer rendir los ingresos petroleros, la mayor fuente de ingresos del país, es una devaluación de la moneda que multiplique los dólares que deja cada barril de crudo exportado.
Venezuela mantiene un complicado control de cambio con tres cotizaciones oficiales y una paralela, donde el dólar más barato es casi 10 veces menor a los 70 bolívares por dólar que se paga en el mercado de libre flotación.
Fuentes del Gobierno no autorizadas para hacer declaraciones dijeron a Reuters que el Ejecutivo debate varios escenarios de ajuste que le brinden holgura fiscal sin sacrificar la popularidad del presidente Nicolás Maduro, que ya está en su peor nivel.
A continuación, algunas de las fórmulas de ajuste monetario que estudia el Gobierno o que vislumbran los expertos:
Eliminación del tipo de cambio más barato
El tipo de cambio de 6,3 bolívares, utilizado para las importaciones primordiales como alimentos y medicinas, sería sustituido por uno cercano a 11 bolívares por dólar, vigente actualmente para tasar las divisas subastadas a través del sistema Sicad 1.
Esto representaría una devaluación de casi un 40%.
El efecto del traspaso del tipo de cambio a los precios pondría presión en la inflación, pero si la oferta de divisas mejora, la escasez, especialmente la de bienes básicos, disminuiría.
Las fuentes de Gobierno no pudieron ofrecer detalles sobre si bajo este esquema se suprimiría el actual sistema de subastas de divisas semanales.
Igualmente, se mantendría y ampliaría la venta de divisas al tipo de cambio que ronda los 50 bolívares de la plataforma del Sicad 2, donde según estimaciones de la firma privada Ecoanalítica se liquidan unos 44 millones de dólares diarios, un monto todavía pequeño para satisfacer las necesidades.
Venezuela importa al menos el 70% de los bienes que consume e incluso el 50 por ciento de la materia prima requerida por la industria manufacturera, se compra en el exterior.
Ecoanalítica también ha detectado una caída en las ventas de divisas a 6,3 dólares y las ubica en 70 millones diarios, un mínimo comparable con el nivel del 2003 cuando el fallecido presidente Hugo Chávez introdujo los controles de cambio y precios.
Esa baja en las ventas de dólares indicaría que en la práctica el Gobierno ha iniciado un ajuste gradual al trasladar una parte de las importaciones que necesita el país a un tipo de cambio mayor.
«Es obvio que el gobierno no utilizará la devaluación de shock, que es lo económico correcto, pero sí intenta moverse en una devaluación paulatina», consideró el analista Luis Vicente León a través de su cuenta de Twitter.
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AR/DC/Reuters