«Soy un demócrata y creo que es normal reunirme con el gobierno y reunirme con la oposición», declaró Santos en inglés en un foro económico dedicado a Colombia organizado por el diario Financial Times.
«No fue mi intención provocar a un gobierno amigo con el que tenemos buenas relaciones a pesar de que somos muy diferentes en muchos aspectos y tenemos visiones diferentes», agregó el mandatario buscando apaciguar la tensión diplomática que suscitó la reunión entre los dos vecinos.
Maduro consideró que Santos había «roto las reglas del juego» al recibir a Capriles el 29 de mayo en Bogotá y consideró que esta reunión había sido una «puñalada a Venezuela por la espalda», pero posteriormente suavizó el tono de sus declaraciones y aseguró que su país quiere tener «buenas relaciones con Colombia».
Santos recordó que las diferencias no impidieron que trabajara «muy bien» con el expresidente Hugo Chávez hasta su muerte en marzo pasado, y dijo que esperaba que ocurriera lo mismo con su sucesor.
«Espero continuar la misma relación con el señor Maduro», señaló ante un nutrido grupo de empresarios y directivos de las principales empresas británicas.
«Como le dije a Chávez, ‘usted no puede pretender que yo me convierta en un revolucionario bolivariano, y yo no pretendo que usted se convierta en un liberal demócrata'», subrayó el presidente colombiano.
Más tarde, ya en español, declaró a los periodistas que uno de los objetivos de la política exterior de su gobierno era «mantener buenas relaciones con todos nuestros vecinos, incluyendo a Venezuela».
«Con el presidente (Hugo) Chávez, eso fue lo que hicimos, cambiamos la situación radicalmente, mantuvimos unas muy buenas relaciones hasta el momento de su muerte y yo espero que con el presidente Maduro podamos hacer exactamente lo mismo para bien del pueblo venezolano y bien del pueblo colombiano», ratificó.