La selección lusitana le empató al último segundo a su similar de Estados Unidos en el partido correspondiente a la segunda jornada del Grupo G. El empate a dos deja a los norteamericanos con todas las posibilidades de clasificar para la próxima ronda, mientras que los portugueses necesitaran un milagro para no quedar eliminados.
En un partido que se antojaba de alta intensidad, ambas escuadras lo dieron todo para hacerse con los tres puntos, siendo Portugal la primera en golpear, luego que Nani aprovechara un balón dividido en al área estadounidense, para marcar el uno a cero y la esperanza para los lusitanos.
Sin embargo, con un Cristiano Ronaldo que sigue demostrando no estar recuperado completamente de su lesión, Portugal volvería a tener que sufrir la mala suerte de realizar un cambio apenas a los 15 minutos, luego de que su delantero Helder Postiga se lesionase, dándole entrada a Eder. Este mismo hecho ocurrió contra Alemania, donde el lesionado en esa ocasión seria Hugo Almeida.
Lo que se produjo después del gol del extremo del Manchester United, fue una titánica reacción de los estadounidenses quienes de aquí en adelante se convertirían en los dominadores absolutos del partido, al asfixiar a su rival con una presión inhumana, buscando la igualdad que los acercase a la gloria.
Con violentos disparos desde lejos, los europeos veían como el arco defendido por su arquero Beto era constantemente bombardeado por los aviones norteamericanos, siendo Clint Dempsay, Jermaine Jones y Fabian Johnson, los protagonistas en dichas acciones de peligro.
El único paréntesis que pareció aliviar el pánico que sufrían los portugueses, se daría al minuto 38 luego de que se originase la primera pausa de hidratación en la historia de los mundiales, dada las altas temperaturas y humedad que existía en Manaos, en la cual los directores técnicos aprovecharon para indicar las diferentes ordenes tácticas que habrían de cumplir sus jugadores.
Luego de la pausa Portugal entraría con más claridad al terreno de juego para tener dos claras oportunidades de gol, ambas ejecutados por Nani, y en las que el guardameta Tim Howard y el poste le salvarían la vida a los gringos.
El increíble poder bélico de los estadounidenses
El segundo tiempo comenzó con una decisión táctica del entrenador Paulo Bento, que marcaría el desenlace del partido. El centrocampista William Carvalho entraría por el lateral izquierdo André Almeida, para colocar en dicha posición al medio Miguel Veloso, quien termino siendo constantemente superado por los jugadores norteamericanos que por allí se internaban. Lo corrido fue como una jugada de ajedrez en la que el técnico luso se equivoco, y Jurgen Klinsmann la aprovecharía para inclinar toda la ofensiva por esa zona del campo.
Esto último se pudo notar de manera violenta en el minuto 54 cuando Michael Bradley tuyo una chance inmejorable para empatar, luego de disparar con el arco vacío un centro que le vino desde la zona donde Veloso era un cono, para que el balón fuese despejado heroicamente por el central Ricardo costa.
Poco tiempo después Portugal respondería con peligro, al hilvanar un importante contragolpe que su mermada estrella Cristiano Ronaldo no sabría materializar, al golpear terriblemente la pelota mandarla por fuera. Y como en este tipo de partidos no se puede desaprovechar nada, el castigo y la justicia llegarían solo dos minutos después, al 63, cuando Jermaine Jones empataba el encuentro con un violento misil desde fuera del área que se colaría en la escuadra.
Todo lo ocurrido posterior a la igualdad norteamericana sería lo que estos quisiesen, al superar vulgarmente en el aspecto táctico a sus rivales, y bajarle la intensidad a un encuentro en el que su primer objetivo ya había sido logrado. Los lusitanos por su parte caerían inocentemente en cada una de las trampas plantadas por los gringos en el terreno de juego, donde Cristiano al no estar al cien por ciento, poco podría hacer para evadirlas.
Ya al minuto 80, los estadounidenses marcarían el segundo por medio de su capitán y estrella Clint Dempsay luego de aprovechar una jugada que comenzó (donde más) en la derecha, la cual remataria mal Bradley para que el balón le cayese a Graham Zusi, quien al ver al delantero en buena posición centraría el balón para que este ultimo lo rematase con el abdomen. Lo que debía pasar, lo que se veía que tenía que pasar, se estaba dando.
Los últimos segundos nos hicieron testigos del panorama que suele aparecer en este tipo de situaciones, los portugueses atacando con todo, y los norteamericanos resguardándose en su área, mostrándose siempre bien posicionados, hasta que pocas milésimas antes de acabar el encuentro, ya a punto de terminar el minuto 94, Cristiano Ronaldo, haciéndole honor a su condición de figura mundial, ejecutaría un espectacular centro que sería rematado por Silvestre Varela para dejar el partido en un injusto empate que terminó frustrando a ambas selecciones.
Con este resultado Estados Unidos queda igualado en el primer lugar del grupo con Alemania, contra quienes se enfrentarán en la última jornada. Portugal por su parte se enfrentará a Ghana en una situación donde necesitará un milagro para clasificar a los octavos de final: Tiene que golear a los africanos, y que los alemanes goleen a los estadounidenses.
El problema de estar moribundo es que ni siquiera lo más milagroso puede evitar la muerte.
Luis Orozco/DC/@diariocontraste/@luisfran1