Revolución hacia adentro

Douglas Zabala/ Abogado/ @douglazabala

No es la primera vez que un Jefe de Estado obnubilado por  el viejo sueño de un socialismo nuevo, decreta en sus peores momentos de crisis, una revolución dentro de la revolución.  

 

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Mao  hacia mediados  del siglo XX echó el resto con el conocido Salto Adelante y su consabido fracaso. Los rusos también hicieron lo propio  cuando Lenin en medio del fracaso inicial,  convocó a la Nueva Política Económica y su Comunismo de Guerra.  De tal forma que nuestro camarada Nicolás,  hasta en eso se nos ha convertido en una mala copia  del fracasado socialismo arcaico y estatista.

 

Quien se pasea por Aporrea  de inmediato notará como se está cociendo el chocolate en esas mentes calenturientas,  bautizadas por el ex militante de la Liga Socialista, como izquierdistas trasnochados.  Allí desde el autor de la carta hasta el último comunero, está emplazando al gobierno para que  aclare cual será  el rumbo de este  nuevo mazacote ideológico,   igual o peor al de las experiencias fallidas.  Estos bolcheviques del Siglo XXI  también estiman al Mercado como la institución a la cual hay que definitivamente demoler, eliminando con ello a la propiedad privada y al intercambio voluntario.

 

Serán tan  ilusos o hechos los inocentes  aquellos sesudos analistas del debate acerca de las formas socialistas a corregir, en esta tragicomedia  dejada por  Chávez.  Aquí  nadie debe olvidar  que desde  cuando el Comandante Supremo  resolvió abandonar las ideas terceristas de Tony Blair, para aferrarse hasta su muerte al modelo socialista de Fidel, a este país al margen de los esfuerzo por lograr una mayor inclusión social, le ingresaron tantos dólares como para haber tenido hoy un modelo de sociedad,  que fuese envidia de la propia China y la desarrollada por el milagroso Vietnam.

 

La dilapidación de los recursos generados por la renta petrolera ha sido tan descomunal como el chorro de oro negro que no cesa.  En estos 15 años el entredicho  proceso revolucionario, se ha tragado alrededor de 60 mil millones de dólares anuales, ha arruinado las empresas nacionalizadas, al sector comercio y por no dejar se le está legando a las futuras generaciones, una deuda  donde terminaran su ciclo biológico de vida sin superarla.  Les faltará tiempo a nuestros nietos y bisnietos  poder honrar el compromiso de la República, heredada de este manirroto y estrafalario  Estado Socialista.

 

 

Desde la vieja polémica entre  Bakunin y Marx sobre el Estado y el modelo de sociedad a conquistar para bien de la humanidad, el tema sobre el socialismo no ha parado de ser objeto de discusión. Ya el propio Bakunin señalaba, que no podría haber socialismo sin libertad y ella se lograría definitivamente con la desaparición del Estado.  Ahora bien, después de tantos años de verborrea socializante, con deformaciones peores que las desarrolladas por los Estados Comunistas  de la Europa Oriental, es una necedad venir con el cuento de la rectificación revolucionaria.

 

Hasta ahora las medidas anunciadas en medio de tantas presiones y retortijones ideológicos no permiten vislumbrar los cambios requeridos.  Si la firma Lazard Asset Management  con su Dandy Mattheiu Pigasse,  son  cabezas de playa  de la clandestina asesoría francesa o si el compañero de los agitados días guerrilleros del Che en la Sierra, será quien en definitiva sacará al país del colapso, poco importa, como insignificante sería el gato de  Deng Xiaoping, cuando el gigante amarillo inició su salto a la economía mixta y al regreso de la modernidad y el otrora odiado capital.

 

Este gobierno está obligado a producir el golpe de timón, de un barco que amenaza con zozobrar y será mejor que Nicolás haga su revisión e inicie su propia gestión o de lo contrario surgirán desde el seno del fracasado proyecto y de la mayoría opositora, un gran movimiento político y social, capaz  de provocar los cambios necesarios,  hasta el punto donde el país inicie sin retorno una verdadera revolución hacia  adentro, en consonancia con la paz, la democracia, la justicia social  y los elementos positivos del socialismo libertario, para lo que resta del Siglo XXI.

 

DC/Douglas Zabala/ @douglazabala

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