Douglas Zabala/ Abogado/ @douglazabala
Husam El Hamshari, Amar El-Rifa’ y Mohammed Abu Asi, no son los Ministros del gobierno palestino, tampoco son los lideres fundamentales de los movimientos islámicos que protestan en el Medio Oriente contra la agresión al heroico pueblo de Gaza. No, ellos pertenecen a la triste y larga lista de niños asesinados cobardemente por los bombardeos indiscriminados, que casi todos los años, el gobierno de Israel ejecuta a espalda y en contra de la opinión del mundo.
Trataremos al terrorismo con mano de hierro. Pero trataremos al pueblo palestino con guante de seda. Aseguró el Primer Ministro y criminal de guerra israelí, como si los misiles que de forma salvaje e indiscriminada, lanzados por su jauría, puedan distinguir las manitas de los niños ávidas de lápices, libros y recreación, de las manos que con firmeza empuñan las armas con las que enfrentan la agresión a sus territorios ocupados, los activistas del movimiento político militar Hamás, defensores de su soberanía.
Esta crónica sobre la terrible situación del conflicto eterno entre Israel y Palestina, es casi la misma a la que publiqué, en las paginas de Aporrea el 04/01/2009 bajo el titulo de: Oro, Incienso y Mirra a los Niños Palestinos, y que me veo en la oblación de refrescarla, sólo para demostrar como de nuevo se repite esta tragedia sobre ese martirizado pueblo, y como según el parte dado por los medios internacionales, más de veinte niños han muerto hasta el día de hoy, en los ataques del ejército israelí contra las viviendas en el Centro de La Franja de Gaza.
Por ellos y sólo por ellos; en estas horas menguadas de las tierras de Yasser Arafat, la solidaridad internacional y la movilización de los pueblos negros, indios, blancos, cristianos, musulmanes y hasta el pueblo judío, deben parar este otro holocausto y llevar tranquilidad a los niños palestinos, que hoy bajo esta nueva pax romana, el Herodes de Netanyahu, en su condición de protectorado de la administración Obama, sólo les envía misiles, bombas y desolación, y ante lo cual el Consejo de Seguridad de la ONU debería de inmediato ordenar el cese al fuego.
Si existe un lugar en nuestro planeta repleto de historia, sin lugar a dudas, es la milenaria Tierra Santa. Hoy Ahmad Salem Sweirki y Hamdi Muhsen, igual pudieran llamarse Antonio o Luisa, como nuestros hijos o como aquel otro niño palestino hijo de José y Maria. Ellos son los hijos del mundo. La diferencia está en que hoy no existen y muy bien pudieran andar correteando por las calles de Negev o en Sderot, allá en Gaza, de no repetirse otra vez esta matanza en Palestina.
DC/Douglas Zabala/ @douglazabala