Las emociones como la tristeza, soledad o ansiedad, influyen en la alimentación, ya que es una manera de satisfacer o calmar la carencia afectiva.
1. Ansiedad: Este sentimiento genera la sensación de más apetito por lo que la respuesta inmediata es picar entre comidas y consumir alimentos excesivamente grasosos a fin de lograr un estado de placer, afirma el estudio Las emociones y el sobrepeso: factores sicológicos de la obesidad.
2. Frustración: Sea por causas personales o laborales, la frustración afecta el modo en que se come. Ante la necesidad de recuperar el ánimo se recurre a la comida de manera irracional para calmar las emociones, explica la investigación Las emociones y el sobrepeso.
3. Estrés: La Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, Nueva York, Estados Unidos, confirma que las mujeres con trastorno por estrés postraumático tienen más posibilidades de tener sobrepeso u obesidad.
John Hoebel, investigador de la Universidad de Princeton de Estados Unidos, explica que la comida es una forma de adicción para calmar la ansiedad, similar a la que se experimenta con la heroína o morfina.
La relación de las emociones con la acumulación de grasa en el abdomen se explica también porque hay alimentos considerados adictivos que hacen que se coma en exceso y sin parar, entre ellos está el chocolate y la comida abundante en grasa.
Estos alimentos producen endocanabinoides, sustancia similar a la marihuana, la cual envía una señal al cerebro que genera adicción por seguir comiéndola, confirma una investigación a cargo de la Universidad de California, Estados Unidos.
El placer que se experimenta con este tipo de dieta efectivamente ayuda a olvidar los problemas y a mantener un estado de bienestar momentáneo que se convierte en un círculo vicioso para evadir el dolor emocional.
DC/Salud180
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