La denuncia fue hecha por el Monseñor Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, quien aseguró que en la frontera del estado Táchira se lleva a cabo esta horrible práctica por parte de los padres de las menores.
El obispo de la Diócesis aseguró el pasado 15 de agosto, durante las festividades de la Virgen de la Consolación en Táriba, que se está llevando a cabo el contrabando y manipulación de menores y jóvenes para introducirlas a la prostitución, según reseña el blog Guardián Católico.
Moronta aseguró que “el tráfico de mujeres destinadas a la prostitución que diariamente pasan por nuestras fronteras y que son llevadas a los llamados centros de distribución”; una especie de “redes que buscan jóvenes universitarios y universitarias para que sean ‘personas de compañía’ y con ello puedan adquirir un beneficio monetario que les pudiera permitir costear sus estudios”; y las “rumbas de cada fin de semana que van debilitando la conciencia de tantos jóvenes que fácilmente caen en las redes del alcoholismo y del sexo fácil, con sus consecuencias de embarazos precoces y de enfermos de sida”.
Así mismo aseguró que “nadie dice nada” sobre esta situación que también se está generando en la frontera colombo-venezolana del estado Táchira, ya que solamente no es contrabando de comida y gasolina, resaltó.
Por último el Monseñor Mario Moronta describió claramente que el problema de los venezolanos “es un problema moral”, ya que han centrado su atención en los problemas económicos y políticos.
“El contrabando, el aborto y el comercio que se ha ido creando en torno al narcotráfico que no quiere ser denunciado de manera pública y que está promoviendo un comercio de muerte. A esto se suma la desilusión de muchas personas que ven disminuir su capacidad adquisitiva y de desarrollo personal y familiar”, denunció.
Jimmy Pirela/@DiarioContraste