Luego de la lluviosa madrugada el territorio liberado del Zulia, San Francisco, amanece este domingo sufriendo los embates de la anarquía y la desidia gubernamental.
Por una parte, el sistema de aguas servidas colapsa manteniendo inundadas las calles por lo que los sureños deben sacar a relucir su atleta interno para esquivar los obstáculos.
Por el otro, el dolor de cabeza de los pasajeros es lidiar con el transporte público, en el kilometro 4, donde los especuladores hacen su agosto cortando la ruta hasta Las Banderas o cobrando 20 bolívares.
¿Y las rutas alimentadoras? Bien gracias, dijo María Fernández que se vio obligada a acelerar el paso poniendo en riesgo su salud porque sufre de las piernas para subirse a una vans de El Soler.
La policía no aparece, los bomberos tampoco y Protección Civil son prácticamente héroes «invisibles», porque nadie los ve y muchos menos cuando hacen falta.
Ángel Núñez/DC