El 25 de agosto del 2012 la población del estado Falcón fue estremecida por una fuerte explosión provocada en los tanques del Centro Refinador Paraguaná (Refinería de Amuay).
Este hecho catalogado como una de las más grandes tragedias ocurridas en la industria petrolera mundial dejó como saldo oficial 42 fallecidos y cientos de personas heridas.
La situación generó muchas interrogantes que hasta ahora no han sido respondidas por las autoridades del Gobierno ni mucho menos por los encargados del área petrolera en Venezuela.
Por el contrario los venezolanos recuerdan claramente cuando el fallecido presidente Hugo Chávez, anunció en vivo desde el lugar de los hechos que “el show debe continuar”, cuando muchas familias falconianas lloraban desconsoladamente la pérdida de sus seres queridos, incluso algunos que dos años después no han recibido respuestas sobre el paradero de sus familiares.
Por otro lado las pruebas presentadas por el Gobierno Nacional y encabezados por el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, apuntan a un sabotaje desde adentro de la industria petrolera, acompañado de un plan macabro de la Oposición venezolana.
Algo que deja muy mal parado al Gobierno Nacional, ya que en ningún momento se realizó una investigación seria al respecto para dar con las verdaderas causas que originaron la explosión.
Esto se quedó así y dos años después nadie recuerda a las víctimas, muchas familias que lo perdieron todo siguen soñando sin encontrar respuestas a lo ocurrido y despiertan con las imágenes imborrables de aquel 25 de agosto del 2012.
Hasta el sol de hoy Amuay no ha logrado un 100 por ciento de su operatividad, quizás el temor sigue latente dentro de sus instalaciones y la Refinería no sea la misma desde entonces.
Jimmy Pirela/@DiarioContraste
Fotos: Agencias