Gremios de maquinistas de trenes, trabajadores aeronaúticos y bancarios anunciaron el lunes que se sumarán a la huelga general del jueves en Argentina, convocada por las centrales obreras opositoras al gobierno de la presidenta Cristina Kirchner para protestar por el deterioro de los salarios.
Mientras se espera la definición del gremio de los choferes de colectivos (autobuses), clave para paralizar el país, el gobierno acusó a los gremios opositores de tener vínculos con los «fondos buitres», los acreedores que ganaron un fallo millonario en Estados Unidos, que desencadenó la declaración de default parcial de Argentina por agencias de calificación de riesgo.
La presidenta escribió el lunes un breve mensaje en su página de Facebook, en el que llamó a los argentinos a cuidar «lo logrado» en su gobierno, en una semana de paro y frente al inicio del debate parlamentario del proyecto de ley para cambiar de Nueva York a Buenos Aires la sede de pago a los bonistas reestructurados.
«Adherimos al paro. Va a ser un paro nacional de trenes de pasajeros y de carga», adelantó Omar Maturano, titular del gremio de maquinistas de trenes La Fraternidad.
Argentina está inmersa en una espiral inflacionaria que ya acumuló 16,7% en lo que va del año, mientras la actividad productiva está en picada.
Las convocantes, una fracción opositora de la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT), la central Celeste y Blanca y la centroizquierdista CTA, lanzarán otro plan de lucha de mayor alcance en septiembre si sus reclamos son ignorados.
«La gente está cansada, agobiada, con bronca (enojo)», dijo en días pasados el titular de la CGT, Hugo Moyano, un ex aliado de Kirchner devenido en acérrimo opositor, quien acusó a los funcionarios de ser indiferentes frente los aumentos en los precios de los productos de la canasta básica.
Kirchner indicó en su mensaje que «este gobierno ha hecho por la ciencia y por la tecnología, por la recuperación de la soberanía hidrocarburífera, por el desendeudamiento de los argentinos y por la inclusión social, lo que no se hacía desde muchas décadas».
El lunes el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, acusó a los gremios que convocan el paro de «estar financiados y bancados (respaldados) por los fondos buitre».
«Argentina nunca ha tenido tan clara división respecto al rol de los sindicatos opositores, los partidos políticos opositores y los medios de comunicación», dijo Capitanich, quien aseguró que los tres grupos «están en defensa de los intereses extranjeros de los fondos buitre».
Luis Barrionuevo, uno de los sindicalistas opositores del gremio gastronómico, negó cualquier relación con los fondos especulativos que litigan contra el Estado argentino en tribunales estadounidenses y acusó a Capitanich de ser un «pelotudo» (imbécil).
Agencia/DC