Nicolás Maduro Guerra tuvo una carrera meteórica en Venezuela, cosechando los mejores cargos del Gobierno por ser el hijo del actual presidente. Su currículum oficial es desconocido, pero la web periodística poderopedia dice que estudió en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Bolivariana. Fue flautista del Sistema de Orquestas de Venezuela entre 1998 y 2004. Se identifica como «soldado de Chávez».
Lo primero que hizo el mandatario Nicolás Maduro el año pasado fue nombrar a su hijo jefe del Cuerpo de Inspectores Especiales de la Presidencia, un puesto creado a su medida para ver si los empresarios privados especulan con los precios. No satisfecho con un solo puesto, lo designó hace dos meses como coordinador de la Escuela Nacional de Cine de Venezuela.
Entonces los cineastas se indignaron por tener que solicitar la aprobación de Nicolasito para sus proyectos. Según el diario ABC, el actor Roberto Lamarca ironizó sobre el nombramiento con el comentario «la magia del cine da para todo». Otro director y guionista como Jonathan Jakubowicz ridiculizó al hijo de Maduro imaginándolo dando clases de «cine de torturas, cine de propaganda, porno suave bolivariano, cine mudo».
«El hijo de Maduro no sabe nada del séptimo arte. De lo que sí sabe es de robar cámara», acotó el dramaturgo José Tomás Angola. «El colmo del desprecio y del cinismo», exclamó Héctor Manrique, director de teatro del Grupo Actoral 80.
Para el tercer cargo, el mandatario chavista impuso a su hijo como delegado electo del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en la parroquia El Valle del Distrito Capital entre 5.125 militantes que no han podido ser postulados ni tener acceso siquiera a las actas de votación de la interna. En su primer día como delegado, Nicolasito repitió una frase grandilocuente de su padre: «El PSUV va a salvar a la humanidad».
Las redes sociales exponen una avalancha de críticas y descontento por la forma cerrada en que la élite oficialista está preparando a sus líderes para la sucesión. Nicolasito Maduro y María Gabriela Chávez son el blanco más repetido.
Pero el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, defiende a los hijos del poder. «¡Qué vergüenza la forma de hacer política de la oposición! Hoy, casualmente, comenzaron con María Gabriela y hoy, casualmente, en un periódico atacan a Nicolasito», agregó, al tiempo que advirtió: «Van por nuestras familias; así es la derecha. Es una forma de fascismo, no tienen ningún tipo de respeto por la familia».
Desde hace una semana, Nicolás Maduro Guerra se encuentra en la Argentina para una ronda de reuniones con distintos dirigentes kirchneristas. Su primera parada fue en la Cámara de Diputados, donde opinó sobre la Ley de Abastecimiento y contó a los oficialistas los pormenores de la aplicación de controles a las empresas en su país. Se espera que tenga un encuentro con la presidente Cristina Kirchner.
El jueves, el venezolano participó en la tradicional caminata que las Madres de Plaza de Mayo realizan hace más de treinta años. «El honor es mío, señora Hebe, el honor es mío de estar aquí, de hacer esta marcha histórica. Estamos muy emocionados, mis compañeros y yo. Venimos a hacer una visita a los movimientos sociales, y el primer acto que tenemos aquí es con las Madres de la Plaza de Mayo, dignas representantes de la mujer latinoamericana», dijo cuando tomó el micrófono que le alcanzó Hebe de Bonafini.
Y en el final del discurso, trasmitió un mensaje de su padre: «Les envío un fuerte saludo del presidente Nicolás Maduro, que venía hablando con él ahorita y dijo: ‘Mándales un saludo, un abrazo, un beso a todas esas mujeres bellas que todos los días nos recuerdan que la lucha sigue, que Néstor vive, que Chávez vive y que la lucha sigue’. Un saludo del pueblo venezolano chavista, un saludo de todos los gobiernos patriotas, y somos una sola patria, la patria de Bolívar, San Martín y Martí».
Infobae/DC