La economía brasileña se contrajo un 0,6 por ciento en el segundo trimestre del año en relación con el primero, con lo que entró técnicamente en recesión al sumar dos trimestres seguidos con un crecimiento negativo, informó hoy el gobierno.
En el primer trimestre, el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil ya se había contraído en un 0,2 por ciento en comparación con los últimos tres meses del año pasado, según los datos revisados divulgados por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), que inicialmente, dio en mayo un crecimiento del 0,2 por ciento en los primeros tres meses del año.
La retracción de la mayor economía de América Latina en el segundo trimestre fue aún mayor en la comparación con el mismo período del año pasado, al llegar al 0,9 por ciento.
Con ello, en el primer semestre, la economía brasileña creció un 0,5 por ciento, inferior al 2,7 por ciento de expansión que tuvo en el mismo período del año pasado. En los últimos 12 meses hasta junio, el PIB del país sudamericano aumentó un 1,4 por ciento, tras haberlo hecho en un 2,5 por ciento hasta marzo.
La última vez que Brasil registró una recesión técnica fue en el último trimestre de 2008 y el primero de 2009, durante la crisis económica mundial.
Según el IBGE, la contracción económica en el segundo trimestre fue causada por la industria, cuya producción se redujo en un 1,5 por ciento en la comparación con el primer trimestre, mientras que la del sector servicios se redujo un 0,5 por ciento y la de la agropecuaria creció un 0,2 por ciento.
Parte de la caída de la industria estuvo motivada por la disputa en el país del Mundial de fútbol, entre el 12 de junio y el 13 de julio, al decretar los gobiernos federales, regionales y municipales días festivos para poder seguir los partidos de la competición.
En comparación con el segundo trimestre del año pasado, la industria también provocó el mal resultado al contraerse en un 3,4 por ciento, mientras que la producción agropecuaria se estancó y la del sector servicios creció un 0,2 por ciento.
El descenso del PIB brasileño no fue mayor porque el consumo de las familias, principal motor de la economía brasileña en los últimos años gracias a la caída de la pobreza y del desempleo y al aumento de la renta, creció un 0,3 por ciento frente al primer trimestre y un 1,20 por ciento en la comparación con el segundo trimestre de 2013.
Las inversiones en el segundo trimestre cayeron un 5,3 por ciento ante el primero y un 11,2 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado.
En las últimas semanas, varios economistas alertaron que Brasil podría sufrir una contracción económica en el segundo trimestre tras los indicadores negativos divulgados previamente que mostraron una fuerte caída en la producción de la industria y en las ventas del comercio.
El Banco Central igualmente había divulgado un índice que utiliza para anticipar el comportamiento del PIB y en el que admitió que la contracción en el segundo trimestre podría llegar al 1,20 por ciento, el doble de la realmente registrada.
Desde hace meses, el mercado financiero viene rebajando sus pronósticos sobre la expansión de la economía brasileña este año, que ubicaron este lunes en un 0,70 por ciento, muy por debajo del 2,0 por ciento esperado por el gobierno y el 1,6 por ciento que calcula el Banco Central.
El aumento de la inflación a inicios de año provocó problemas en la mayor economía de América Latina, que al reducir el poder adquisitivo de las familias y obligar el Banco Central a elevar la tasa básica de interés hasta el 11 por ciento anual, su mayor nivel en tres años y medio.
DC/ Xinhua