De madrugada comienzan a formarse largas colas ante las entradas de algunos ministerios de Venezuela, cada uno de los cuales se ha transformado en una posta en la carrera para migrar. La espera para solicitar información o legalizar documentos en las carteras de Educación o Relaciones Exteriores, por ejemplo, puede extenderse por horas e incluso días si es que no se consigue un número de atención.
Así, cada día hay decenas de personas que buscan comenzar una nueva vida fuera de las fronteras de este país sudamericano.
De acuerdo un estudio reciente de la consultora local Datanálisis, uno de cada 10 venezolanos busca información o hace trámites para emigrar (lo que no implica que los planes lleguen a concretarse). Tomando en cuenta el registro histórico de la encuestadora, el número es mucho mayor al 4% registrado en dos momentos críticos de emigración en Venezuela: aquellos posteriores al Golpe de Estado de 2002 y al referendo revocatorio de 2004, según destaca el diario local El Universal. El éxodo venezolano también queda de manifiesto al consultarles a las personas si tienen algún familiar fuera del país. Si hace una década sólo el 10% admitía tener un pariente residiendo permanentemente fuera de Venezuela, hoy la cifra es 27%, según datos comparativos de Datanálisis.
El director de la consultora, Luis Vicente León, explicó a El Universal que a la hora de tomar tal drástica determinación pesan factores como la violencia, la inseguridad personal y los problemas políticos, antes que la crisis económica que atraviesa Venezuela. El sociólogo e investigador de la Universidad Simón Bolívar, Iván de la Vega, dijo al diario venezolano El Nacional que “en los últimos 10 años ha emigrado alrededor del 4% de la población”, porcentaje equivalente a 1.200.000 personas. Según sus investigaciones, la mayoría se ha trasladado a Estados Unidos, España, Italia y Portugal.
Los estudios coinciden en que los migrantes venezolanos, en su gran mayoría, son altamente calificados. “Venezuela se está descapitalizando intelectualmente”, advierte De la Vega.
DC/ La Tercera