Este sábado 30 de agosto, se cumplió un año de la partida a la casa del padre del Monseñor Luis Guillermo Vílchez, quien fuera por 60 años párroco de la Iglesia Santísimo Cristo de San Francisco, la feligresía parroquial y el nuevo párroco el presbítero Leonardo López, se congregaron junto a sus familiares y amigos para orar por su eterno descanso y para dar gracias a Dios por el servicio y obra de este gran sacerdote en esta porción del Pueblo de Dios.
La Eucaristía estuvo presidida por Monseñor William Delgado, Obispo de Cabimas y concelebrada por Monseñor Jesús Hernández, párroco de la Parroquia Corazón de Jesús y el Presbítero Raúl Montoya, delegado de la zona pastoral número cinco. La Coral San Francisco de Asís, agrupación creada bajo la mirada de Monseñor Vílchez, y que conserva una gran tradición musical heredada de él, interpretó cantos de la misa propia de difuntos, tal y como Vílchez, las celebrara en su tiempo.
Familiares, amigos, maestros, músicos, deportistas y comunidad agradecida se dieron cita en esta Eucaristía, que sirvió de homenaje a Monseñor Vílchez, quien supo sembrar el mensaje del Reino de Dios en los habitantes de San Francisco, para quienes se hizo un verdadero Padre y Socio (como él decía), haciéndose solidario con todos, comprendiendo que para evangelizar no hacen falta sólo homilías bien dichas, que nunca le faltaron, sino además hace sentir el amor de Dios a los demás, con obras concretas, como lo destacó Monseñor Delgado, en su homilía.
Triduo de oración
Según planificó el párroco Leonardo López, los días 27, 28 y 29 de agosto, fueron días preparatorios y de oración, en un triduo, que sirvió para orar por Monseñor Vílchez, por las próximas fiestas en honor a San Francisco de Asís, y por la parroquia; de igual forma cada día se consideraron temas como: la reconciliación, el dolor signo del amor y la resurrección.
El segundo día de este Triduo estuvo presidido por Monseñor Roberto Lückert, Obispo de Coro. Sobre su presencia en la parroquia Santísimo Cristo comentó el Obispo: “Yo quise mucho al Padre Vílchez, lo aprecié, lo admiré, lo respeté. Siempre lo visitaba. Fue un hombre polifacético, un pastor, que tuvo errores como todo hombre, pero que tuvo muchos éxitos y fortalezas, sobre todo en este pueblo y en Isla Toas, donde todavía lo recuerdan”.
“El padre Vílchez es un modelo de un verdadero pastor con una gran fortaleza social”, dijo Monseñor Lückert al referirse a la labor de Monseñor Vílchez. “En San Francisco no hay rincón de este municipio donde el Padre Vílchez no tenga presencia. En el campo de la música, del deporte, de la educación. Cuántos jóvenes no han salido de ese Liceo que el Padre Vílchez hizo con las uñas”.
Texto y fotos: José Espina