La hiperinflación es un fenómeno económico que consiste en precios sin control al tiempo que la moneda pierde su valor con una vertiginosa velocidad. El concepto parece emular la realidad venezolana, que enfrenta una inflación en alimentos peligrosamente cercana al 90%, de acuerdo con cifras extraoficiales. “Los controles están condenados a fracasar. Se implementan como medidas coyunturales, pero en Venezuela se trata de políticas de Estado”
Teóricamente, la hiperinflación implica una tasa mayor al 100% por un período sostenible de tres años. “Es una amenaza seria. Un fantasma que sobrevuela a Venezuela”, sostuvo el economista Asdrúbal Rivas. Sin embargo, contrastó que “es un mal necesario. Toda medida conlleva un costo que debe asumirse por las políticas erradas del Gobierno de Nicolás Maduro”, manifestó.
Rivas se refiere a lo que otros han tildado como un «paquetazo», pues la semana pasada se autorizó un ajuste en los precios de productos de higiene y limpieza personal, controlados desde 2011, entre los que destacan desodorantes, afeitadoras, champú, pañales y toallas sanitarias. Los aumentos de precios se ubican hasta en 130% en los productos.
“Ninguna economía funciona si se mantienen los controles de precios. Esa tendencia de mantener los controles se sostiene bajo la disculpa de la ideología y el socialismo. Entonces el juego se tranca. Lo peor es que no se avizora un año 2015 más positivo, pues los problemas estructurales se enraízan: una especie de default con las empresas ante el impago de la deuda con los proveedores en el extranjero y distorsiones cambiarias en un férreo control que se originó en 2003″, subrayó.
Entre dos males
Maduro se debatía entre inflación y escasez, pero el segundo problema es más peligro, porque genera malestar social. Las consecuencias de la inacción en la economía han generado un desabastecimiento de productos básicos que ronda el 30%.
“La marcada escasez y los altos precios escarban en lo más hondo del bolsillo. Un ejemplo de cómo la ideología y la economía no caminan, es lo que ocurre con los productos de aseo personal y limpieza. La famosa frase ‘no hay’, se multiplica en mercados, farmacias, bodegas, abastos y perfumerías, lo que ha puesto a la gente a correr para ver qué encuentra”, explicó el economista
El fin de la tormenta
El economista José Guerra recomendó a los empresarios del país mantener los negocios, puesto que “esta tormenta va a pasar”.
En el mediano plazo, indicó, el país recuperará, al tiempo que sugirió al gobierno de Maduro lograr la estabilidad política y luego virar hacia un conjunto de medidas sensatas, como el aumento de la producción petrolera y agroalimentaria, así como concebir un plan de infraestructura para generar empleos.
DC/ Diario Las Américas