Este jueves fue hallado el cadáver de José Antonio Vargas Parra (21), en un paraje solitario de la carretera vieja a Carora, sector Los Yabos, jurisdicción del municipio Torres.
Llevaba ocho días desaparecido desde que el pasado 3 de septiembre, sujetos a bordo de una camioneta Hillux gris, sin placa, se lo llevaron a la fuerza, tras interceptarlo apenas salió de su casa, en la Ruezga Norte.
Iba en su moto a comprar empanadas, a eso de las 7:30 de la noche.
Los restos hallados estaban compuestos solo desde la cabeza hasta la mitad de su cuerpo, no obstante, ya comidos por animales de monte. Sin piernas ni brazos.
Varias primas que llegaron al lugar aseguraron que se trataba de Vargas Parra. Lo reconocieron por un corazón tatuado que aún se mantenía inscrito en su pecho.
Pero, además, dijeron que sí era su familiar por los zapatos Nike negro con morado y gris que estaban a unos cuatro metros de su cadáver. Eran los mismos que llevaba puestos el día que lo montaron en la camioneta, así como su franela y su short, de los cuales se le apreciaban restos.
Un elemento adicional que también reveló su identidad para sus familiares lo constituyó un anillo.
El aro plateado en la escena del suceso fue visto por las primas próximo a uno de los zapatos. Rosibel Sánchez y Angélica Parra indicaron que el hoy occiso vivía junto a su madre y esposa.
Se dedicaba desde hacía dos años al servicio de mototaxi en la zona norte de Barquisimeto, de forma particular. Deja una niña en la orfandad, de apenas seis meses de nacida.
Aseguraron que «no tenía conflictos con nadie”, razón por la cual no se explican el fatal desenlace.
El hallazgo de Vargas Parra estuvo a cargo de una ciudadana de la zona que pastoreaba caprinos.
Efectivos del Cuerpo de Policía de Lara, adscritos a la comisaría de Río Tocuyo, resguardaron las evidencias.
Una comisión del Eje Contra Homicidios del Cicpc averigua pormenores del hecho. Cabe destacar que familiares se mantuvieron en vigilia al no saber del paradero del mototaxista, y este miércoles en ayuno, debido a la angustia que nos consumía.
El Impulso/DC