Italia llega retrasada y con mala disposición a los matrimonios homosexuales. La reciente aprobación por el Senado de las “uniones civiles” entre personas del mismo sexo ha provocado un gran desgarro político, de tipo transversal, y también una fractura social como no se conocía desde los tiempos de la legalización del divorcio y sobre todo, la decisión de respaldar el aborto.
Cuando la polémica aún no se había aplacado, otra noticia ha inflamado el debate: el nacimiento de Tobias Antonio, una inocente criatura que ha visto la luz en la lejana California y que ayer fue protagonista involuntario de las portadas de los diarios italianos.
El bebé es hijo de Nichi Vendola, de 57 años, uno de los políticos más conocidos y con mayor carisma de la izquierda esencialista italiana. Vendola fue durante un decenio el presidente de la región sureña de Apulia. Aún conserva el cargo de presidente de Izquierda, Ecología y Libertad (SEL), el partido que él mismo fundó, con presencia en el Parlamento Nacional.
Según la versión que ha trascendido a la prensa, el compañero de Vendola, Eddy Testa, un italo-canadiense nacido en Montreal hace 38 años, es el padre biológico de Tobias Antonio. El embrión fue un producto de laboratorio, con un óvulo donado o comprado, y luego lo gestó una madre de alquiler, una ciudadana estadounidense de origen indonesio.
Vendola ha sido objeto de crueles insultos, de ironías, pero también ha recibido generosas felicitaciones. Entre quienes lo han atacado con más saña se encuentra el inevitable Matteo Salvini, líder de la Liga Norte y amigo de Marine Le Pen. El dirigente liguista acusó a Vendola de practicar un “deplorable egoísmo”. “En el supermercado se compran DVD y no hijos”, agregó Salvini. También desde Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, le llovieron agrias críticas al líder.
En las redes sociales hubo de todo. Un mensaje ironizaba con la vieja acusación a los comunistas de que se comían a los niños. “Ahora resulta que los compran”, decía el comentarista anónimo.
El asunto mereció un largo artículo del periódico Avvenire, órgano de la Conferencia Episcopal Italiana, bajo el título de “El caso Vendola, cuatro padres y un bebé”.
El autor del texto reprochó a Vendola que, siendo un “hombre de las instituciones”, una figura de izquierdas abiertamente comprometida con la legalidad y con la defensa de los más débiles, haya violado una ley del Estado italiano que prohíbe taxativamente contratar a madres de alquiler.
El diario de los obispos recordó que hacerlo está castigado con penas de hasta dos años de cárcel y un millón de euros de multa.
Vendola y Testa están casados en Canadá, por lo que la adopción del niño por el político italiano será legal en aquel país, mientras que en Italia, con la nueva ley, no lo es, al menos de modo automático.
El expresidente de Apulia reaccionó indignado a algunas de las críticas, en especial a la de Salvini y de otros dirigentes de derechas. “No hay vulgaridad de los escuadristas
Por su parte Vendola dejó este post en su Facebook dejando entrever sus puntos de vista “Comparto con mi compañero una opción y una trayectoria que están lejos, a años luz, de la expresión útero de alquiler. Este niño es hijo de una bellísima historia de amor. La mujer que lo ha llevado en su seno y su familia son parte de nuestra vida. Los que insultan y blasfeman en los bajos fondos de la política y de las redes sociales me recuerdan aquel verso que dice: ‘Cada uno desde su corazón mide al otro’. Comprendo, no obstante, que citar a Dante no da audiencia”.
DC | La Vanguardia