El ministro de Petróleo de Arabia Saudita, Ali al-Naimi, y el representante de Venezuela ante la OPEP, Rafael Ramírez, se reunieron brevemente el miércoles en la isla venezolana de Margarita, en un encuentro que se produce en el marco de la caída sostenida de los precios del barril de petróleo.
Naimi se encuentra en Venezuela para participar en una cumbre de cambio climático y no quedó inmediatamente claro si abordó el tema de los precios del crudo en la reunión con Ramírez, ex ministro de Petróleo y otrora presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
«Fue una reunión extraordinaria», dijo Ramírez, actual ministro de Relaciones Exteriores, al salir del encuentro. «Tenemos excelente relación como ministros y como países. Hablamos, sobre todo, de cambio climático. El cambio climático es lo que nos está convocando aquí», agregó la autoridad precisando que «todos» están preocupados por el retroceso en los precios del crudo.
El viaje de Naimi -que incluirá una parada en México la próxima semana- evocó su gestión a finales de la década de 1990, cuando ayudó a negociar un acuerdo con Venezuela y México para frenar la producción y reactivar los precios que habían caído a cerca de 10 dólares por barril. Pero las semejanzas son superficiales. Mientras que Venezuela pidió una reunión extraordinaria de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para buscar soluciones a los bajos precios, Arabia Saudita y los demás países del golfo Pérsico se han mostrado cómodos con las actuales cotizaciones.
Sin embargo, el propio Naimi, quien lleva casi dos décadas al frente de la política petrolera del mayor y más influyente exportador de crudo del mundo, no ha hablado públicamente sobre los precios desde septiembre, antes de la caída que ha llevado al crudo Brent a mínimos de hace cuatro años.
El miércoles, los futuros del crudo Brent cerraron en 82,95 dólares por barril, un alza de 0,16 por ciento respecto de la sesión anterior. La caída del petróleo, fuente de nueve de cada 10 dólares que entran a la economía venezolana, ha llegado en un momento difícil para el Gobierno socialista de Nicolás Maduro que enfrenta un débil desempeño económico, alta inflación y escasez de bienes, en medio de significativos pagos de deuda.
Sin embargo, el heredero político del fallecido Hugo Chávez se ha mostrado optimista en que los precios rebotarán y ha asegurado que mantendrá los millonarios desembolsos a las decenas de planes sociales para los más necesitados, sostén de su popularidad.
DC | Rauters