En cuanto a los posibles «papables» latinoamericanos, el prelado criollo, quien participará por primera vez en un cónclave, dijo que es mejor no especular sobre este tema porque «ya varios se han caído en predicciones de este tipo en años anteriores, como cuando se eligió a Juan XXII, Juan Pablo II o el mismo Benedicto XVI». Sin embargo, manifestó su deseo de que el sumo pontífice de la Iglesia católica sea latinoamericano.
Advirtió que nadie está vetado para suceder en el trono de Pedro al actual Papa. «El nombre que se estudiará seguro será el de un hombre sabio, prudente, competente, con trayectoria pastoral, sensibilidad social y sobre todo santidad. La edad no será limitación, más que la que se establece en la norma, que sea menor de 80 años», sostuvo Urosa.
Agregó que la nacionalidad tampoco será factor decisivo, pues hay libertad de conciencia para elegir: «Esto marcará la escogencia y la expectativa es saber a quién elegirá Dios».
El purpurado dijo que había visto «muy cansado al Papa» y rescataba de este Pontífice su valentía, humildad y amor por la Iglesia, al desprenderse del cargo que ocupa: «No porque tenga cáncer o algo parecido; no, es porque, como él mismo lo expresó, le faltan fuerzas y eso lo hace más grande ante los ojos del hombre».
El cardenal Urosa se mostró satisfecho de los logros que, en materia pastoral, ha desarrollado Joseph Ratzinger durante su pontificado, al tiempo que reconoce que le ha tocado enfrentar «las duras espinas» propias de una institución integrada por hombres y que en esencia está tentada por las realidades y consecuencia de «los mares agitados de esta época».
«Me moriría del susto»
Sobre si le gustaría ser el elegido como Papa, Urosa Savino señaló: «Respondo como contestó un arzobispo emérito de Sevilla: me moriría del susto».
Aseguró que es un cargo de mucha responsabilidad, que exige dedicación a tiempo completo y trabajo sin descanso. No entró en detalles sobre la posibilidad de que se maneje su nombre entre los miembros del Colegio Cardenalicio para suceder a Benedicto XVI, «porque de eso no hablamos los cardenales, y yo es primera vez que voy».
A la pregunta de un periodista acerca de una eventual decisión similar del presidente Hugo Chávez, hospitalizado en Cuba desde hace 2 meses, el cardenal respondió: «El ejemplo de Benedicto XVI es muy bueno Creo que cuando alguien no está en condiciones de conducir a un grupo humano, es natural que se haga a un lado y deje que otras personas lleven las riendas del Gobierno, de la dirección de esa comunidad».
DC/Últimas Noticias