El Grupo Espiritual Santo incluía en su plan de reestructuración una inyección de 500 millones de euros procedente del fondo soberano de Venezuela, inversión que finalmente no se llevó a cabo por la crisis sufrida por la firma portuguesa.
Así lo asegura este miércoles el diario económico luso “Jornal de Negócios“, que informa de que este apoyo financiero se encontraba recogido en el plan de negocios que el emporio Espírito Santo -una de las familias más ricas e influyentes de Portugal- presentó a las autoridades lusas a finales de 2013, en el marco de un análisis detallado de sus cuentas.
En el informe que preparaba entonces la auditora Pricewater House Coopers a petición del Banco de Portugal figuran los aumentos de capital que este conglomerado empresarial esperaba acometer entre 2014 y 2015, y en ellos se comprometió a participar Venezuela a través de su fondo soberano.
De hecho, según la documentación a la que tuvo acceso “Jornal de Negócios”, la intención del país sudamericano quedó plasmada por escrito a través de una comunicación enviada por ese fondo soberano y que fue presentada por el Grupo Espírito Santo a sus auditores.
El objetivo de esas ampliaciones de capital era mejorar la delicada situación financiera del emporio familiar, con intereses en diferentes sectores, desde el turismo hasta la banca, pasando por la agroalimentación o los seguros.
De acuerdo con estas mismas fuentes, el propósito inicial de los responsables de este conglomerado empresarial era recaudar 800 millones de euros. Sólo en su sociedad Espírito Santo Internacional la deuda a finales de 2013 superaba los 5.700 millones de euros.
Precisamente, las irregularidades contables detectadas en el Grupo por esta auditoría acabaron por desencadenar la caída del emporio, considerado clave en la economía de Portugal.
El derrumbe de este entramado empresarial -de compleja estructura y cuyas cuentas no habían sido anteriormente auditadas- afectó incluso a su negocio financiero, liderado por el Banco Espírito Santo (BES), que acabó siendo intervenido por el supervisor luso.
La relación entre Caracas y los Espírito Santo también quedó revelada por la empresa auditora KPMG, que confirmó que la estatal Petróleos de Venezuela invirtió millones de euros en deuda del Grupo, y de hecho, ahora es uno de sus mayores acreedores.
En este sentido, fueron descubiertas también dos “cartas de patrocinio” -”comfort letters” en inglés- escritas por los responsables del BES para garantizar a Venezuela una inversión de 300 millones de euros en deuda del grupo empresarial del que la entidad financiera formaba parte.
DC | EFE
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