Los obispos auxiliares de la diócesis y los centenares de sacerdotes le acogieron con aplausos, vivas al Papa y otras muestras de cariño.
El papa Ratzinger entró apoyándose en un bastón, mientras los aplausos se mezclaban con el canto Tu sei Petrus (Tu eres Pedro).
Benedicto XVI respondió con una amplia sonrisa y dando varias veces las gracias por las muestras de cariño y una vez sentado, detrás de una mesa, hablará con ellos, sin texto previsto.
EFE