La Universidad de Texas (UT), en Austin, ha perdido casi un centenar de cerebros preservados en frascos de formol e investiga si se trata de una broma o un robo, admitió la institución.
La colección, que consta en total de unos 200 cerebros, fue una donación realizada hace 28 años por el Hospital Estatal de Austin con fines médicos y de investigación.
Entre los cerebros desaparecidos está el de Charles Whitman, el estudiante y exmarine que en 1966 asesinó a 14 personas desde la emblemática torre de la UT, la mayor masacre registrada en un campus universitario estadounidense hasta la de 2007, en Virginia Tech.
«Creemos que alguien se ha llevado los cerebros, pero no estamos seguros», explicó Tim Schallert, uno de los curadores de la colección, a medios locales.
Su colega Lawrence Cormack, el otro curador, afirmó que es muy posible que se corriera la voz entre los estudiantes y los empezaran a birlar para travesuras de Halloween.
Según explicó Schallert, en el laboratorio en el que están ubicados los cerebros tan solo hay espacio para un centenar, por lo que el resto estaban guardados en un sótano.
«Ya no están en el sótano», agregó Cormack.
La universidad, por su parte, emitió un comunicado en el que subraya su compromiso con el cuidado de la colección y promete una investigación para aclarar el suceso.
El Comercio | DC