Orlando Chirinos, coordinador nacional de la Alianza Nacional de Trabajadores Cementeros de Venezuela (Antracem), denuncia un clima de persecución y acoso por parte del Estado contra los más de 9 mil obreros agremiados que componen la industria. Sostiene que el 75% de ellos gana sueldo mínimo y que desde hace ocho años no se actualiza la contratación colectiva. Solicita a las nuevas autoridades de la Corporación Socialista de Cemento coordinar acciones para establecer mesas de diálogos que reivindiquen su salario base, con un incremento del 200%, de acuerdo a los cálculos por detrimento de la calidad de vida.
“En nuestro país el sector cemento tiene un 45% de incumplimiento de convenciones colectivas. Debemos ir a mesa de diálogo, procesos conciliatorios y pliegos conflictivos a los que finalmente no podemos llegar por ser empresas del Estado”, explicó el dirigente sindical.
Sobre los indicadores recientes de la producción de cemento en Venezuela, apuntó que actualmente la industria trabaja al 50% de su capacidad. “Nuestro país tiene una capacidad productiva de 9 millones de toneladas métricas de cemento y ahora estamos precisamente a la mitad. Por eso la gran escasez del producto en el mercado. Nos atacan y tildan como guarimberos, tira piedras, porque exigimos nuestros derechos.
Entre las peticiones está el solicitar al Gobierno seguridad social para obreros en edad de jubilación. “Precisamente, por el tiempo que tienen en la empresa que se acerca a los 30 años planteamos al Estado que otorgue como medida de gracia la jubilación. Pedimos también que las comunidades que en el marco del desarrollo de la contraloría social, les permita auditar a la gerencia pública, pero no se lo permiten. No nos consta entonces que el 80% de la producción de cemento vaya dirigido a la Misión Vivienda Venezuela. Esa es la gran interrogante. Sin materia prima, con un cemento excesivamente caro y un salario mínimo que no cubre la cesta básica es imposible llegar a eso que llaman calidad de vida”, amplió Chirinos.
A las nuevas autoridades de la Corporación Socialista de Cemento las exhorta a preocuparse más por el drama de los cementeros. “Por ejemplo, no hemos recibido la visita del Banco Bicentenario, anunciado como el nuevo banco de los trabajadores y la clase obrera. Ningún trabajador se sienta a comer con un dólar a 6,30, eso es mentira. Nuestra economía es otra».
DC – 2001.
Foto: Web