Una banda que opera en San Jacinto serían los responsables del homicidio del médico zuliano Ovidio Santiago Herrera Villalobos, de 43 años, reconocido neurólogo e internista, informaron voceros del Cicpc-Zulia.
De acuerdo a las investigaciones se maneja la resistencia al robo en el crimen que generó conmoción dentro del gremio médico del estado.
Según la reconstrucción del hecho, por la policía científica, el doctor estaba reunido, la tarde del sábado, con varios amigos en el frente de la casa 85-13, ubicada en la calle 85 con avenida 19 del sector Paraíso, de Maracaibo.
“Ovidio acostumbraba compartir con sus compañeros de trabajo todos los fines de semana, el día que lo mataron (sábado) estaban celebrando el inicio de las vacaciones colectivas”, dijo la exesposa, Bethzabeth Barboza.
Alrededor de cinco personas integraban el grupo de amigos; el encuentro transcurrió entre tragos y anécdotas.
A las 5:30 de la tarde atacaron los dos delincuentes. Según los testigos llegaron al frente de la vivienda a pie.
Con amenazas exigieron a todos los que estaban reunidos que les entregaran los teléfonos celulares y pertenencias personas. “Fueron pasando por cada uno de los amigos y todos les entregaron lo que pedían los hampones, cuando le exigieron a Ovidio que diera su celular, él se negó”, dijo la exesposa.
Los dos delincuentes huyeron del lugar después de accionar el arma. Al galeno le pudieron quitar uno de sus dos celulares y dinero en efectivo.
“Tenemos pistas de la banda delictiva y un retrato hablado de los asesinos. Las investigaciones del caso están adelantadas”, dijeron voceros de la policía científica.
Lo llevaron a una clínica privada en la calle 78 (Doctor Portillo) donde falleció poco después producto de la herida de bala que recibió en el lado izquierdo del pecho.
Trabajó en el Hospital Central y en el Hospital Chiquinquirá. Era director médico del centro de Diagnóstico Neurológico y Electroencefalografía (Cedineca).
Ivón Morillo, otra de las compañeras de medicina de Herrera lo describió como un hombre “dado a las labores sociales y humanista”. “El ladrón que lo mató nos arrebató un gran baluarte”, dijo la galena, desde la medicatura forense de LUZ.
Los parientes dieron que Herrera estaba divorciado. Dejó una hija de 12 años. Residía con su familia en la urbanización San Rafael, en Maracaibo. Sus restos serán sepultados hoy, en Jardines del Sur (antiguo Jardines de la Chinita).
Panorama/DC